Capítulo 184: Cumpleaños 25

276 33 37
                                    

- ¿Qué te pasa, Hiro-san?- preguntó Nowaki cuando entraron en la habitación del hotel.

- Nada, estoy bien.

- Estás un poco... no alegre- se atrevió a decir Nowaki-. ¿Ha pasado algo en el trabajo?

- No, no es eso. Es que soy idiota, Nowaki, eso me pasa.

- ¿Qué? No digas eso, Hiro-san. Eres la persona más increíble que conozco.

- Nowaki, esto era una sorpresa por nuestro aniversario- confesó Hiroki avergonzado y el pediatra le miró sorprendido.

- Pero si es...

- ¡Ya lo sé!- exclamó molesto-. Perdona, Nowaki, es que estoy un poco enfadado conmigo mismo. Quería ganarte.

- ¿Ganarme?

- Sí, a romántico- asintió Hiroki y Nowaki rio-. ¿Te estás burlando de mí?

- Por supuesto que no, me pareces muy tierno- dijo abrazándole-. ¿Sabes? Es mejor que te hayas adelantado, así lo de esta noche ha sido todavía más sorpresa. Gracias, Hiro-san.

- Qué bueno eres, Nowaki- murmuró correspondiendo al abrazo-. Siento también que hayamos coincidido con los niños.

- No pasa nada, Hiro-san, ellos van a su marcha y nosotros a la nuestra.

- Ya, pero están justo en la habitación de al lado...

- Seguro que esto está insonorizado- comentó Nowaki y de repente escucharon la voz de su yerno.

- ¡Haru, jaboncitos gratis!

- O no- rio el médico y Hiroki resopló-. Pero da igual porque esta noche...

- ¿Esta noche qué?- sonrió el profesor.

- No te voy a dejar dormir.

- ¿No? ¿Qué me vas a hacer?

- Ya lo verás, Hiro-san- dijo y le besó.


Hiro-chan se puso a lavar las verduras para ayudar a su abuelo Misaki, quien estaba preparando la cena.

- Qué buen niño eres- sonrió Misaki.

- Me gusta estar en la cocina porque siempre huele a comida- comentó Hiro-chan-. A mis padres también les ayudo mucho.

- Eso está muy bien.

- Sobre todo ahora que mi mami está gordo y necesita descansar.

- Sí que tiene barriga ya, no me imagino cuando esté más avanzado el embarazo- asintió Misaki.

- ¿Tú vas a estar cuando nazcan los trillizos? Mis padres me han dicho que yo no puedo ir, yo quería verles nacer.

- Tus padres tienen razón, es mejor que te quedes en casa tranquilito- dijo Misaki-. Ya los conocerás cuando hayan nacido. Yo sí que voy a estar pero no sé si me dejarán entrar.

- ¿No?

- No, y a tu padre creo que tampoco.

- ¿Por qué?

- El médico de mami ha dicho que normalmente en partos de trillizos hacen cesárea- respondió Misaki y su nieto le miró horrorizado.

- ¿Van a abrirle la barriga a mami?

- Probablemente, cielo, pero no tienes que preocuparte. Mira a Riku, ya está perfectamente.

- Ya pero... No quiero que le hagan daño a mami. ¿No pueden nacer de otra forma?

- Cariño, parir duele.

- ¡Pues vaya!- exclamó el niño indignado-. ¡Me parece fatal! Ya podrían inventar algo los científicos para que no duela.

El InternadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora