Capítulo XXXIV

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Ryan continuaba sacudiendo el cuerpo de su esposo mientras le exigía respuestas a todas sus preguntas. Zayn había comenzado a temblar, no tenía fuerzas ni siquiera para empujarlo, ni tampoco podía gritar, estaba bloqueado. Sabía que en cualquier momento el rubio atentaría contra él, y no estaba preparado para ello.

—¡Eres un imbécil, Zayn!

—Ryan, suéltame... —susurraba, las lágrimas no cesaban.

—¡Contéstame primero, idiota!

—¡Suéltalo, hijo de puta! —exclamó Miranda, ingresando al comedor.

Miranda había llegado en el momento preciso, pues Ryan había estado a punto de golpear al moreno por primera vez en su vida. El rubio soltó a su esposo y luego de esto, arrojó todos los platos que estaban sobre la mesa al suelo, rompiéndolos en mil pedazos mientras gritaba insultos que no alcanzaron a escucharse. Zayn sólo tapaba sus oídos con sus manos, aferrándose a su hermana, quien estaba tratando de mostrarse fuerte para enfrentarse a su cuñado.

—¡Lárgate de aquí, Ryan!

—¡Esta es mi casa, en todo caso vete tú!

—¡¿Quieres que llame a la policía y te denuncie por violencia doméstica, imbécil?! —preguntó, furiosa. —¡Vete de aquí antes de que lo haga, joder!

Ryan, aún con los diablos azules, caminó hasta la sala para tomar su abrigo colgado en el perchero y salió de casa. No quería cometer ninguna locura contra Zayn o Miranda, así que lo mejor era dar unas vueltas por el vecindario hasta que logre tranquilizarse.

—¿Estás bien, Zee? —acunó su rostro entre sus manos. —Lo siento mucho, bebé. —besó su mejilla. —Ya se fue, pero va a volver en un rato, así que por favor tenemos que estar preparados para esto.

—Tengo miedo. —su cuerpo aún temblaba.

—Yo también, cariño... Pero yo me iré mañana a Bradford para visitar a nuestros papás, no quiero dejarte solo.

—No puedo ir contigo.

—¿Qué tal si vas con Niall y Danna? Ellos pueden recibirte en su casa...

—Miranda, tengo que enfrentarme a Ryan, no puedo esconderme.

—Me causa pánico pensar que puede hacerte daño. ¡Casi te golpea!

—Lo sé, pero al fin tengo una buena razón para acabar con todo esto.

—Cariño, siempre tuviste una buena razón. —acarició su cabello. —Liam es el chico al que tú amas, no puedes permanecer más tiempo aquí. Este ambiente es cada vez más tóxico. Ryan está transformándose en un monstruo por sus celos y tú no puedes permitirlo más.

—Tienes razón... —sus manos temblaban ligeramente, a pesar de que todo ya había pasado. —¿Puedo hacerte una pregunta, Miranda?

—Sí, claro.

—¿Cómo sabías que Liam estaría en casa de sus amigos hoy?

—Hablé con él. —respondió con una sonrisa dulce. —Le dije que quería verlo para saludarlo y conversar un rato. Me da gusto que ambos hayan caído en mi trampa.

Zayn rió, tranquilizándose poco a poco. —Gracias.

—¿Por qué me das las gracias?

—Porque pude ver una vez más a Liam. —sonrió.

—Bueno, también lo viste ese día en Mute gracias a mí.

—¿Qué? —se mostró desconcertado. —¿Qué estás diciendo?

Yo te elijo a ti (ZIAM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora