Capítulo XXIV

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No se separaron, aún cuando el beso ya había terminado. Zayn se había aferrado a los brazos de Liam, mientras que éste lo protegía y llenaba su frente de tiernos besos, acariciando su cabello. No quería que lo separen del moreno nunca más.

—No me sueltes y dime que todo estará bien... —susurró el moreno.

Liam logró escuchar lo que el moreno había dicho, preocupándose un poco. Al parecer Zayn estaba pasando por problemas fuertes y necesitaba ayuda, la cual no dudaría en negársela.

—¿Sucede algo, Zaynie? —preguntó el castaño, mirándolo a los ojos, secando sus lágrimas.

—No... No te preocupes. —negó con la cabeza. —Estoy bien.

Liam sonrió.

—¿Qué te hizo venir a buscarme?

—Muchas cosas... —finalmente se separó de Liam, dirigiéndose a un sillón para tomar asiento. —Ryan... Me di cuenta de que ha cambiado muchísimo en estos días.

—¿Qué pasó con Ryan? —se sentó a su lado.

Zayn lo miró fijamente, perdiéndose en su mirada una vez más.

—Es una larga historia... No vale la pena contarla. No quiero hablar de él ni tampoco quiero verlo. —se cruzó de brazos.

—¿Por qué no has ido a trabajar? —preguntó el ojimiel.

—Tengo descanso médico... —respondió, cabizbajo. —He estado bastante enfermo estos últimos días.

—Zaynie... Deberías estar en cama, no aquí. Si te descubre algún compañero de tu trabajo, podrían echarte.

—No quiero estar en mi casa, estoy solo allí. —hizo un puchero. —Si quieres me voy, no quería interrumpirte en horario de trabajo.

—¿Interrumpir, tú? —preguntó. —Has hecho mi día mucho más bonito. —besó su mejilla. —Y de hecho, no tengo nada que hacer... Podría llevarte a mi casa si deseas.

—¿Estás seguro?

—Claro que sí.

(...)

Liam y Zayn llegaron a la casa del castaño, quien estaba emocionado de que el moreno al fin conozca su hogar. Lo había estado deseando por mucho tiempo, se podía decir que desde que la compró y le dieron las llaves del lugar.

El moreno observaba admirado la decoración del lugar, todo era muy bonito, mucho más de lo que se imaginó. Liam sonreía un par de metros más allá, contemplando a Zayn una vez más, agradecido de que por fin las cosas estén marchando bien entre ellos.

Subieron al segundo piso de la casa y entraron a la habitación de Liam. Zayn se quitó el abrigo que traía puesto junto con sus botines de invierno y la correa de su pantalón, para luego acostarse en la cama king size. Liam soltó una risita al ver al menor actuando con total confianza, era como si hubiera regresado aquel adolescente que conoció diez años atrás.

—Te iba a decir que te pongas cómodo, pero te adelantaste.

—Lo siento. —sintió sus mejillas enrojecerse.

—Prepararé algo de comer. —se acercó a él y acarició su mejilla. —¿Qué se te antoja?

—¡Pastas! —sonrió.

—Está bien, espérame aquí. —besó la frente del moreno.

Liam abandonó la habitación para bajar a la cocina y comenzar a preparar la comida que el moreno había pedido. Tenía que sorprenderlo, hacer de ese momento uno inolvidable. Zayn, en cambio, prefirió quedarse dormido y esperar a que el castaño lo despierte cuando el almuerzo esté listo.

Yo te elijo a ti (ZIAM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora