Yo te elijo a ti (ZIAM)

Capítulo VI

Al amanecer, Zayn despertó a causa del fuerte sonido de las olas del océano. Abrió sus ojos, dándose cuenta de que había pasado la noche junto a Liam... Y recordando que su hermana se había quedado sola en su habitación. Miró la hora en su móvil, eran las seis de la mañana. Debía alistarse y regresar si es que no quería que sus padres lo descubran.

Intentó levantarse de la cama, sin embargo, sintió los brazos de Liam presionando su abdomen y sus piernas enredadas contra las suyas. No tenía escapatoria. Suspiró y sonrió, giró su cuerpo y vio a Liam aún durmiendo. Posó una de sus manos en el rostro del joven y besó su mejilla. 

Quería amanecer siempre con él, a su lado, en ese mismo lugar. No le hacía falta nada más.

—Buenos días... —susurró el menor en cuanto Liam fue abriendo los ojos.

—Buenos días. —Liam acercó el cuerpo del moreno contra el suyo. —Quiero seguir durmiendo contigo.

—Bebé, no puedo... —besó su hombro. —Debo irme antes de que mis padres noten que no pasé la noche en mi habitación.

Liam soltó un quejido. —Ven a dormir conmigo hoy también, ¿sí? —besó su frente.

—Claro que sí...

El castaño soltó a Zayn, y éste se levantó de la cama para dirigirse hacia el baño y tomar una ducha rápida con agua tibia. Al salir, se vistió nuevamente con la ropa de la noche anterior y arregló su cabello como a él le gustaba. Vio la hora una vez más, eran las seis y treinta.

Se acercó a la cama del castaño, quien había vuelto a quedarse dormido. Como no quería despertarlo, depositó un beso sobre su mejilla y lo cubrió con las sábanas, luego de esto cerró las cortinas de la habitación y caminó hasta la salida del bungalow, saliendo de allí sin hacer ruido.

Corrió hasta el otro lado del hotel y subió por las escaleras hasta el cuarto piso, llegando a la habitación donde estaba instalado bastante cansado y agitado. Abrió la puerta con la tarjeta y respiró aliviado al ver que Miranda aún seguía durmiendo en la cama, tranquila.

Cogió ropa limpia para vestirse en el baño, y luego de esto se acostó en la cama. Quería descansar un poco antes de que sus padres se despierten y toquen la puerta como desquiciados para que bajen a desayunar.

No podía dormir, por más que hubiera querido hacerlo. Se quedó mirando hacia el techo, con una hermosa sonrisa en el rostro, recordando todo lo sucedido la noche anterior entre Liam y él. Había pasado la mejor noche de su vida y aún no podía creer que todo haya sucedido en menos de dos semanas.

Suspiró. Liam y Zayn ahora contaban con planes a futuro, definitivamente lo suyo no era simplemente un amor de verano, de esos que se olvidan con el tiempo. Era algo más, algo seguro y que podía ser duradero. En el poco tiempo que conocía a Liam, se había dado cuenta de que éste sería incapaz de hacerle daño, no después de cómo lo había tratado anoche.

—¡Zayn, Miranda! —exclamaron al otro lado de la puerta. —¡Despiértense niños!

El moreno salió de sus pensamientos y rodó los ojos al recordar que probablemente sus padres, sean la causa de posibles conflictos entre Liam y él. ¿Hasta cuándo lo sobreprotegerían tanto? Él ya no era un niño de cinco años, ya sabía defenderse solo y podía enfrentarse al mundo sin miedo... Y eso significaba que quizás, había llegado el momento de decirles su verdadera orientación. Qué difícil era todo.

—¿A qué hora volviste? —preguntó la menor al despertar, susurrando. —Me levanté para ir al baño a las cinco y no estabas aquí.

—Llegué hace un rato. —respondió en voz baja.