Capítulo XXI

242 32 8
                                    

Liam la observó. Era una chica totalmente desconocida para él, pero no podía negar que era hermosa. Era de tez clara, con cabello castaño claro y ondulado, de ojos verdes esmeralda sorprendentes y una bonita figura corporal.

—¿Quién eres tú? —preguntó el joven, desconcertado.

—Soy Macarena. —respondió, sonriente.

—Liam... —se presentó. —Un gusto.

—¿Viniste solo?

—Pues sí, no tengo muchos amigos en esta ciudad.

—¿Hace cuánto vives acá?

—Desde hace tres años, ya van a ser cuatro.

—¿Eres tímido?

—No, es sólo que... Trabajo muchísimo, no tengo tiempo.

—Oh, ya veo. Yo no vine sola, mis amigas están por allá... —señaló al otro lado de la discoteca. —¿Quieres ir? No muerden.

Liam sonrió. —Está bien, vamos...

***

Conforme fueron pasando las horas, Zayn iba sintiéndose cada vez más mareado a causa de la gran cantidad de alcohol que había bebido junto con su esposo y sus amigos. Quería volver a casa, antes de cometer alguna estupidez de la que luego se podría arrepentir.

Se dirigió al baño del local, intentando caminar bien para que no se dieran cuenta del estado de su ebriedad. Al llegar, se paró frente a uno de los lavabos y abrió el grifo, para echarse un poco de agua en su rostro, a ver si conseguía sentirse algo mejor.

No pasó.

Se sobresaltó al escuchar la puerta abrirse de repente, pensando que quizás sería su esposo el que había entrado. Soltó el aire contenido al ver que era Niall, aliviado.

—Zayn, ¿todo bien?

—Sí. —respondió. —Ya no voy a beber más.

—Ni siquiera puedes caminar bien.

—¿Te diste cuenta?

—Danna y yo sí, pero ya sabes como es Ryan... Él ni siquiera te miró.

—Imbécil... —susurró, fastidiado.

—Hace mucho tiempo que no te ponías así. —dijo entre risas el ojiazul.

Zayn se mantuvo serio, tratando de mantenerse de pie. No podía más.

—Voy a llamar a Ryan para que te lleve.

—¡No! —exclamó. —No quiero que se de cuenta, me hará muchas preguntas después y no quiero contestarlas.

Niall vio cómo los ojos de su amigo se cristalizaban. No entendía nada de lo que estaba sucediendo, pero lo ayudaría.

—Zayn, hermano, ¿qué está pasándote?

—Nada.

El castaño rodó los ojos, harto. —Si no me dices qué está sucediéndote, te juro que saldré por esa puerta y le diré a Ryan que estás ebrio, y a punto de llorar.

—Prométeme que no se lo contarás a nadie, Niall. ¡Promételo!

—Está bien, te lo prometo, Zayn...

***

Liam se estaba divirtiendo como hace tiempo no lograba hacerlo. Había comprado una botella de whisky de etiqueta dorada para él y las chicas que había conocido esa noche, entre ellas, Macarena. También cantó y bailó como lo hizo en sus épocas universitarias, se sentía como un joven de veinte años de nuevo, y estaba feliz por ello.

Yo te elijo a ti (ZIAM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora