Capítulo 16

596 69 50
                                    

La mañana siguiente amaneció soleado y húmedo.

Alessia aguardó un par de horas junto con la familia de Amanda hasta que se hiciera el horario de visita. Aquella mañana se había levantado más temprano que de costumbre; o mejor dicho, no había logrado conciliar el suelo porque cada vez que intentaba dormirse tenía la sensación de que la llamarían desde hospital. 

En su cabeza estaba demasiado preocupada por Amanda, mientras que a su corazón lo seguía ocupando Billie. Eran tipos de amores muy diferentes. 

A Amanda la adoraba debido a la capacidad que ella parecía tener para comprenderla como nadie. La amaba como a una madre, y la consideraba un ejemplo a seguir como persona. Lo de Billie era muy distinto, su esencia la consumía y sentía que necesitaba cada día un poco más de ella. 

Teniendo en cuenta que nunca había sucedido nada entre ellas. De hecho, ese era el hilo del que tiraba su razón, ¿cómo es posible tener sentimientos tan profundos por alguien a quien nunca has tocado? Por alguien que nunca te dio un abrazo siquiera. Por alguien al que parece que no le agradas del todo. No tenía lógica. ¿Acaso ella amaba lo que creía que veía en Billie? ¿Sólo su imagen? ¿O en el fondo estaba segura de que Billie era tan transparente que lo que Alessia veía era real?

No estaba segura. Sin embargo, cuando ella apareció en el bar, fue como si su cuerpo hubiera sido liberado del dolor. Eso sí era real. En ese instante lo sintió, y ahora lo seguía sintiendo. Era como el aroma que dejan los jazmines en un cuarto.

La sala de espera del Royal Liverpool University Hospital estaba repleta, y no era de esperarse lo contrario. No obstante, en la sala de la Unidad de Cuidados Intensivos solo estaban la hermana de Amanda, Evie, y en la otra punta, un hombre de unos cuarenta años. 

Según le contó Evie, Amanda fue operada inmediatamente después de llegar al hospital como era de esperarse debido a la gravedad de su herida; los médicos pudieron extraerle la bala con éxito y detener la hemorragia a tiempo. Un par de horas después, se la trasladó a la UCI. 

Ahora estaba fuera de peligro. No podría sentirse más aliviada.

Eran las nueve cuando Alessia llegó. Sabía que el médico encargado de darle el parte de cómo iba evolucionando su salud, no les informaría sino hasta el mediodía, pero necesitaba sentirse útil. Si la familia necesitase algo, ella se ofrecería con gusto. Además, el horario de visita estaba programado para las nueve y media.

Con suerte (y si estaba despierta) podría ver a Amanda. 

Y así fue.

Una enfermera apareció sobre las 09:33 para informarles que podían pasar a verla. La regla del hospital para esa sala era de solo dos personas por paciente, media hora, pero Alessia le dijo a Evie que pasara primero y luego ella.

—¿Está segura?

—Sí, no se preocupe. Sé que quiere tener un momento a solas con su hermana.

—Gracias.

Al cabo de quince minutos, Evie regresó. Alessia se dio cuenta de que había estado llorando. Eso le partió el corazón, porque significaba que Amanda estaba peor de lo que le habían informado.

—¿Ella está bien? —dijo al tiempo que le tomaba una mano. La chica pareció sorprenderse ante el contacto.

—Sí, lo siento. Es que anoche por un momento creí que..., no se preocupe.

—Lo sé. Yo también sentí que podría no salir bien. Pero ahora está fuera de peligro. Tenemos que agradecer eso.

La chica asintió y se enjugó las lágrimas. 

DON'T CRYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora