Les invito a que me acompañen a terapia por Discord el día de hoy. ¡No falten!
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Alessia se aferró a Billie como si pudiera así quitarle un poco la tristeza y el dolor que la embargaban. Pero sabía que era inútil, porque ella también podía sentirlo. Una parte de sus corazones había sido vaciada. Ni aquel disparo en la pierna se asemejaba al profundo dolor que sentía en su corazón. Recordó a Billie sobre el cuerpo de Finneas antes de que llegaran las ambulancias. Se sentía impotente y frustrada por no poder haber hecho nada por su mejor amigo. Le había fallado también a Finneas, a la única persona que siempre le había demostrado toda su confianza.
Nunca iba a perdonarse haberlo culpado por lo que ella misma había causado.
Se mordió el labio para contener las lágrimas, ¿cómo iba a seguir siquiera? ¿Cómo iban a hacerlo Billie y su madre? Nada tenía sentido y todo parecía un sueño, una pesadilla.
Billie apretó la mejilla contra su pecho y lloró en silencio. Ale la abrazó, sin decir nada. Porque así era, nada valía en ese momento.
A pocos metros estaba Maggie O'Connell rodeada por los brazos de Theresa; ambas deshechas. Oían las palabras del reverendo con los ojos llenos de lágrimas. Ni siquiera podía imaginar lo que se sentiría perder a un hijo. La vida, de alguna manera, te prepara para despedirte de tus padres, de tu esposa o tu esposo, pero... ¿un hijo? Es algo que no tiene nombre.
Claudia Sulewski también estaba allí, cabizbaja. Sus ojos evidenciaban que había estado llorando las últimas cuarenta y ocho horas. Alessia la comprendía, no solo porque Finneas era su mejor amigo y lo amaba, sino porque su mundo se habría hecho pedazos si algo le hubiera sucedido a Billie. Habría caído en un pozo profundo y sin salida.
Habían pasado dos días desde su muerte, y era como si doliese más. Alessia repasaba en su mente cada uno de los sucesos que los habían llevado hasta ese momento. Lo estúpida que había sido al no acudir con los refuerzos, el haber sido tan imprudente, tan orgullosa. No obstante, lo que más le dolía era la mentira de Olivia. Toda la vida había creído que ella no sabía quién la había atacado, y la noche en que Finneas murió, Olivia llegó hasta ella pidiéndole disculpas. Le dijo que Brendan la había acorralado, que le había dicho que si decía alguna palabra, iría a por ella.
¿Cómo Olivia no fue capaz siquiera de confiar en ella? ¿O en Conan Gray? Si Olivia hubiera hablado...
No. No podía culparla, pero por alguna razón, tampoco había logrado mirarla a los ojos aquellas últimas horas. Intentaba evitarla, porque sabía que si abría la boca, todo empeoraría. Y lo último que necesitaba ahora, era pelearse con su hermana, con la única familia que tenía.
El culpable mayor en todo esto, era Brendan Coleman. Y ahora el muy bastardo estaba muerto. Se había librado de su merecido.
—¿Alessia? —Billie la sacó de sus pensamientos.
—¿Sí?
Ella dejó caer los brazos que la rodeaban.
—Iré con mamá.
Ale asintió y la dejó marchar. La siguió con la mirada todo el trayecto hasta que llegó junto a su madre y la abrazó con fuerza. En ese momento no pudo soportarlo más, y cuando echó sobre el ataúd de Finneas un par de rosas, las lágrimas brotaron sin pedir permiso.
Se dijo que Finneas la regañaría por verla llorar. Siempre insistía en que ante las dificultades, tienes que sonreírle a la vida y demostrarle que eres capaz de seguir, que tu luz no se apagará.
Pero, ¿cómo seguir cuando la luz que te ha guiado toda la vida se apaga por completo?
Finneas era la luz de aquellos que lo rodeaban. Era el chico más especial que había conocido en su vida. Y nunca, jamás, lo olvidaría.

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DON'T CRY
ФанфикAlessia Jenkis es una joven oficial de policía que lucha por conseguir justicia para su hermana Olivia, a quien le arrebataron todo. Ella ha estado tantas veces a punto de conseguirlo que no se ha dado cuenta de que su hermana solo quiere olvidar y...