Capítulo 13

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De niña, Alessia siempre supo que quería ser policía. Era su más preciado sueño. Cuando su madre le preguntaba por qué, ella le respondía que deseaba con todas sus fuerzas proteger la vida de su familia y la de los demás ciudadanos. Alegaba que había nacido para ello, y era cierto. Todos los que la conocían, sabían que para Alessia Jenkis ser oficial de policía era algo inherente a su persona. Ambos perfiles nunca podrían ser separados, como las caras de una misma moneda. Y a pesar de que era una de las agentes más jóvenes, se había ganado tanto respeto como los más experimentados. Por esa razón siempre la asignaban casos importantes. Incluso Harry Styles, el inspector jefe, decía que era su mejor hombro.

—¿Ale? —Brendan estaba tratando de llamar su atención mientras las imágenes recientes se agolpaban en su cabeza como abejas en una colmena, y se hacían cada vez más vívidas. 

Cuando finalmente comprendió lo que había sucedido, el cansancio le cayó sobre el cuerpo con una fuerza extrema y dolorosa. Su función, se repetía todo el tiempo, era proteger la vida de la gente. Pero a Amanda le había fallado.

Y el pobre Jonathan... 

«Quiero ser como tú, Ale», le dijo el niño una vez. Cuando supiera lo sucedido, cambiaría de opinión.

—¡Ale! —insistió Brendan tras unos minutos.

Alessia por fin alzó la cabeza y miró a su compañero. En la estación todos sabían la relación que había entre Amanda Davenport y ella. Eran muy cercanas, y cada mañana, cuando ella pasaba por allí, se quedaban charlando una buena cantidad de tiempo.

Amanda era una gran consejera. Una mujer excepcional que ahora estaba luchando por su vida.

—Lo siento, no estaba...

—Lo sé. —Brendan asintió. —El jefe dice que te tomes la noche.

—Aún no he acabado con estos papeles.

—Peor, los has estado mirando desde que te sentaste. Das lástima.

Alessia había estado en el hospital casi media hora antes. Los médicos habían logrado detener la hemorragia, pero Amanda aún seguía muy grave. Su estado era reservado, y como ella no era un familiar directo, le habían pedido que se retirara.

Evie, la hermana más joven de Amanda, le dijo que le llamaría en cuanto supiera algo. Así que Alessia no tuvo más remedio que volver a la estación.

—Tengo trabajo que hacer, Brendan. Vete.

—Jenkis, sal ahora de aquí. —la voz de Harry Styles, su jefe, la tomó desprevenida. —Ve a tomar algo, no sé. Solo vete.

—No he ter...

—Me importa una mierda si has terminado o no. Vete. Llévate a Gray si quieres, pero sal de aquí. —Alessia sabía que hablarle de esa manera era la única forma de que la pudiera sacar de allí. —Eres mi mejor policía. Y en este momento no podemos hacer nada por ti ni por esa pobre mujer.

—Lo sé. Yo solo quise ayudarle, y mire cómo acabó. —dijo a nadie en particular. El pensamiento que había estado rondando en su mente desde que recibió la noticia de la gravedad del asunto. 

Styles se acercó a ella y le dio unos toques en la sien con el dedo índice.

—A ver si te entra en la cabeza, Jenkis. Ella está así por causa de David Davenport, no por ti. Él es el responsable, y nosotros no.

—¡Teníamos que cuidarla!

—¡No quiso hacer la denuncia! Ella escondió lo que sucedía y no dejó que la ayudáramos.

DON'T CRYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora