Capítulo 25

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El viernes por la mañana, un día antes de que comenzara por fin el verano, Bill recibió una visita inesperada. Su tía Allie. Bill no veía a su tía desde hacía más de tres años. Ella solo comenzó a llamar cada vez menos hasta que dejó de hacerlo. Por lo que Bill siempre sintió que ya no le importaba su hermana.

Ni siquiera un mensaje.

Nada.

¿Cómo podía sentirse feliz de recibir a una mujer a la que no le interesaba ni su propia hermana?

Tres años. Bill no imaginaba lo que podría sentir sin saber nada de Finneas durante tres años. Y tampoco le entraba en la cabeza que él mismo le había avisado a Allie sobre su madre.

Bill puso los ojos en blanco y le abrió la puerta. Allie no venía sola. Lexie, su hija, estaba con ella. Billie agradeció al cielo que no haya ido su primo Lance, no se llevaban para nada bien; o por lo menos no se llevaban bien hacía tres años.

—Hola, tía Allie. —la saludó con cortesía. Ante todo, era una persona educada.

La mujer le dio un fuerte (y en opinión de Bill, falso) abrazo y le dijo que se veía preciosa.

—Eres igual que Maggie. —añadió. —¿Cómo estás? Cuéntame de tu madre. Me dijo Finneas que está mejorando. Podemos ir a verla, ¿verdad?

Demasiadas preguntas. Demasiadas palabras. Allie no paró de hablar durante toda la tarde.

Por lo general, Billie habría sido agradable, pero tenía algo atravesado en la garganta. Una pregunta que la carcomía por dentro.

—¿Por qué dejaste de llamarla? —escupió. —No tienes idea de lo bien que le hacían tus llamadas, o cuando venías a casa. Pero tú solo desapareciste. ¿Qué clase de hermana eres?

—Billie. —la interrumpió su prima. —No le hables así a mi madre. No sabes lo que hemos pasado.

—Está bien, Lexie. —dijo Allie. —Bill, sabía que me preguntarías sobre mi ausencia. Sobre por qué razón me alejé de mi hermana.

—Quiero una buena razón, tía Allie. No una excusa.

—Y la tendrás.

Esa misma tarde, Billie se enteró del accidente que había sufrido su primo Lance. Según su tía, Lance iba de camino a la universidad cuando un autobús embistió el coche que conducía. Si bien Lance había sobrevivido, las secuelas habían sido gravísimas. Estuvo en coma por más de un año y medio. Cuando despertó, no podía recordar nada. En síntesis, no tenía la menor idea de quién era él y los que lo rodeaban. Solo los últimos meses había comenzado a recordar muy poco.

El rostro de Billie se ensombreció.

—Lo siento. No tenía idea. —dijo. —¿Por qué no nos dijeron nada?

—Tenían tanto con su mamá. —se explicó su tía. —No necesitaban algo más de qué preocuparse.

—Aun así, podrías haber llamado.

—Lo sé, ese fue mi error.

—Lo fue.

—Pero ahora estoy aquí, Bill. Y de verdad quiero ver a mi hermana.

Bill asintió. ¿Ella quería una explicación? Allí la tenía. Y ahora debía enfrentarse al hecho de que estuvo guardándole rencor (tal vez en vano) a su tía Allie por mucho tiempo.

...

Pasaron el resto de la tarde juntas intentando recuperar el tiempo perdido. Hablaron de Maggie, de Finneas y hasta de Bill misma, aunque ella intentaba desviar la conversación a algo que no tuviera que ver con su vida personal.

Bill les preparó el cuarto de su madre para que pudieran pasar la noche. Finneas salía de trabajar a las once de la noche, por lo que las mujeres decidieron esperar por él. Cenaron juntos y acordaron que Allie iría a visitar a Maggie al día siguiente.

—Debemos marcharnos mañana por la noche o más tardar el domingo por la mañana. Lance requiere bastante de nuestra ayuda aún.

—¿Irán por la mañana o por la tarde?

—Teníamos pensado ir por la mañana. —dijo la mujer mirando a su hija. —Así Lexie descansa durante la tarde

Finneas asintió.

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