Capítulo 26

630 79 68
                                    

Verano.

Alessia se preguntó si debía de haberle enviado a Billie un mensaje antes de aparecer en su casa. Podría haberle avisado a Finneas también. En realidad, la única opción era su amigo, porque no tenía el número de ella. Si bien había quedado con Billie en que irían ese sábado al cementerio, no estaba del todo segura.

A veces tenía la sensación de que estaba soñando.

Por la mañana, se dio una ducha, desayunó algo y le avisó a Olivia que saldría por un par de horas. Olivia ni se percató del entusiasmo de su hermana.

Al salir de casa miró hacia el cielo. No podía creer que el primer día de verano estuviese a punto de llover. Había hecho mucho calor los últimos dos días y no les venían mal que bajara un poco la temperatura.

Se dirigió al garaje a sacar el viejo escarabajo. Se estaba encariñando con ese auto. Se dijo que tendría que haberlo utilizado antes. Por alguna razón su madre lo amaba tanto y nunca quiso deshacerse de él.

Cruzó la calle en dirección a la casa de los O'Connell, tocó timbre y aguardó a que le abrieran la puerta.

Le llamó la atención un pequeño vehículo rojo estacionado delante del auto de Finneas.

«Finneas y Billie no suelen recibir visitas a menudo», pensó.

Fue su amigo quien le abrió la puerta.

—Hey, buenos días. —dijo sonriente. —¿Nos caímos de la cama?

—Oh, cállate ya.

Finneas se encogió de hombros y se hizo a un lado para dejarla pasar.

—Okay. Veo que no estás de humor hoy. Pasa.

Alessia respiró hondo.

—Lo siento. No es que no esté de humor. O sea, puede ser.

—Bien... —Finneas la examinó con algo que parecía desconfianza.

—¿Por qué me miras así?

—¿Qué haces aquí?

—Vengo por Billie.

Finneas se echó a reír.

—No juegues conmigo, Alessia Jenkis. Quiero decir, sé que Bill y tú fueron a ver a mamá. Pero, ¿está todo bien con ella?

Alessia hundió las manos en los bolsillos de su pantalón y asintió.

—En ese caso, ven.

Ambos se dirigieron a la cocina donde Alessia se encontró con dos personas más desayunando con Billie. La mujer mayor le resultaba muy familiar. Tenía un ligero aire a Maggie. En cambio, la muchacha distaba mucho de la primera. Su cabello era más bien rubio y sus ojos eran de un marrón muy oscuro, casi negros.

Sin embargo, la única que siempre llamaba su atención era Billie. No estaba vestida como para salir. Llevaba puesto un short y una camiseta sin mangas. El cabello húmedo y recogido en un moño le lucía estupendo. Alessia se imaginó hundiendo sus dedos en aquella melena rubia para besarla.

Cuando Ale apareció detrás de Finneas, las dos desconocidas le dirigieron una mirada rápida. Pero Alessia tuvo la sensación de que Billie no podía apartar su vista de ella. Lo intuyó porque Ale tampoco podía apartarla aunque quisiera. Había una corriente que siempre la arrastraba a esos hermosos ojos azules.

—Buenos días. —dijo.

—Buenos días. —saludaron las otras dos.

—Hola, Alessia. —susurró Billie.

DON'T CRYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora