Capítulo 32

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*Entrada épica*

Primero que nada, disfruten. Segundo, si no votan y comentan mato a Alessia. 🔫💀

——————

Pasaron un buen rato en la habitación de Alessia. Billie se mantuvo con la cabeza sobre su pecho la mayoría del tiempo. Le hubiera gustado aplacar las preocupaciones que Alessia llevaba en la cabeza, pero supuso que ella lidiaría con ello de a poco.

—¿Estás mejor? —le preguntó. Se incorporó para mirarla mejor. Luego se sentó sobre sus talones.

Alessia sonrió y asintió.

—Sí, ya habrá tiempo de lamentaciones. —cuando por fin se levantó, le pasó el pulgar por la mejilla y la besó. La presión de sus labios contra los suyos la mareaba.

—Ella está bien, te lo aseguro.

—Lo sé. Pero no quiero hablar de eso ahora.

Se quedaron unos minutos en silencio.

—¿Alessia?

—Dime.

Billie se mordió el interior de la mejilla. Tenía miedo de preguntarle lo que Olivia había dicho, que la abandonaría. Aunque por otro lado, ¿no era un tanto infantil pensar en eso? Sin dudas la había molestado un poco.

—Lo que Olivia dijo...

Alessia cerró los ojos.

—Billie, te quiero. Cuando estuve con esas chicas (y ni siquiera fueron tantas como dice Olivia o Finneas) no sentía lo que siento por ti.

—¿Eso debería convencerme de que no me dejarás así, sin más?

—Nunca te dejaría. Eres lo mejor que me ha pasado.

Ella sonrió.

...

Más tarde, oyeron el ruido del timbre. Ella sabía que no podía ser Olivia. De hecho, estaba segura de que la muchacha no volvería hasta dentro de unos cuantos días. Por un lado la entendía, porque Alessia podía resultarle asfixiante (no a ella, claro). Aunque por otro lado, ¿no entendía que lo hacía solo para cuidarla? Después de lo que le pasó, era más que entendible. No quería pensar en Olivia como una ingrata, pero... Sacudió la cabeza. Ese no era asunto suyo.

El timbre volvió a sonar.

—¡Voy! —gritó Alessia desde la cocina. Se dirigió hacia la puerta y la abrió.

Finneas estaba al otro lado, con una enorme (demasiado enorme) sonrisa en su rostro.

—Me sentía solito. —dijo su hermano y Alessia se echó a reír mientras se hacía a un lado para dejarlo pasar.

—¿Y por eso trajiste el almuerzo?

—Sip, ¿no soy el mejor amigo que puedas tener?

Alessia asintió.

—Trajiste el almuerzo. —repuso. —No pienso discutir eso.

Finneas sacudió la cabeza.

—En ese caso, pero, ¿no crees que pude ser un tanto incómodo?

—Algún día iba a tener que suceder.

Finneas lanzó una carcajada.

—Vaya autoestima, te ha dado un subidón, ¿qué pasó?

—Luego te cuento. Vamos a la cocina.

Bill se sentía un poco nerviosa. Estaba claro que Finneas no era Alessia y no iba a montarle un drama allí mismo, pero es que era aún peor, se burlaría y le haría muecas.

DON'T CRYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora