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Max se levantaba después de haber dormido con vaqueros una noche, y aun vistiendo todo lo que había vestido ayer. Pero se acordaba perfectamente de haberse dormido ayer con esas pintas, solo le sorprendió  el encontrase entre las sábanas, pero supuso que había pasado y mentalmente le agradeció el gesto.

Al levantarse, decidió darse una ducha con agua caliente, lo que más echaba de menos en el campamento, pero ahora tenía un baño solo para él y lo aprovecharía.

Cuando salió de su cuarto, tenía el pelo aún mojado, y se había puesto el pijama, ya que es incómodo andar todo el día con la misma ropa. David le saludo como cualquier otro día y le preparo un desayuno más sencillo que el día anterior, pero igual de rico.

Ese día, David había planeado que a la mañana pudieran hacer unos pequeños cambios en la habitación de Max, para que estuviera más cómodo en ese tiempo, lo que a Max le pareció una buena idea y accedió a hacer.

Así que un rato después, se fueron a la habitación del pequeño, e hicieron unos pequeños cambios. Movieron la cama un poco, recolocaron el armario  y las estanterías llenas de libros fueron reorganizada para que el joven tuviera sitio para poner sus cosas.

Era muy común que se parecen a comentar libros que se encontraban en aquella habitación, David se sentía muy orgulloso de su colección de libros.

Les costó un rato más de lo que pensaban, pero al final lo dejaron de una manera la cual Max se sentía seguro, como si fuera su cuarto.

Cuando acabaron, fueron a comer pasta, que David había hecho antes que Max se levantase y que había dejado hacerse durante todo ese tiempo de organización.

Para sorpresa de Max, el adulto no era solo bueno haciendo desayunos, sino que de verdad sabía preparar comida, la cual era muy rica, y degustaba como si le fuera la vida en eso.

Cuando acabaron, David recogió todo mientras Max se preguntaba si el adulto habría preparado algo para la tarde, aúnque no se le ocurría nada.

El adulto no tenía ninguna idea especial para ese día, sabía que el pequeño se había llevado en el campamento su móvil, y que no lo había devuelto, y sabía que aún lo mantenía, pero era viejo y tenía unos de repuesto en casa, por lo tanto decidió que no era de importancia.

Y así aprovechaba que el joven tenía su propio teléfono para poder llamarlo si hiciera falta, o lo que fuera. Por lo que se sentía más seguro de no estar encima de él casa dos minutos.

Por lo tanto se le ocurrió algo que sí que podía hacer, pero para eso necesitaría un poco de ayuda de sus vecinos, mejor dicho , su vecino.

Aprovechando que viven muy cerca de un joven de la edad de Max, el cual también era nuevo en el pueblo, podían irse a conocer el pueblo, y así Max se podría separar un poco de estar siempre con el pelirrojo, el cual parecía que algunas veces era demasiado pesado.

David le propuso esa actividad al joven, pero se negó totalmente.

- No quiero irme a vagar por este pueblo, y menos con alguien tan molesto como Preston, ni loco.

David se lo pensó un segundo, como responder a esa confesion.

- Podéis también buscar a Ered, seguro que si sois tres os lo pasaréis mejor. Necesitáis salir un poco y conocer el pueblo...

Max miro fijamente a David antes de que se levantase y le respondiera fríamente, escudándose que es para no estar con el adulto todo el día.

Así que los dos bajaron al piso de abajo y llamaron a la puerta, donde le presentaron la idea al joven, el cual acepto, ya que estaba aburrido entre esas paredes, y dar un paseo podría ser  interesante, y el hecho de que le mencionase que Ered también vivía ahí le hacía mucha ilusión.

Así que los dos jóvenes se despidieron mientras que los viejos se fueron a hablar en casa de la anciana de lo que fuera que harían ese día.

Cuando salieron del edificio, se preguntaron donde podrían encontrar a Ered, Max pregunto por si había un lugar de skate cerca, pero el único del pueblo estaba un poco lejos, cerca de la estación de policía.

Así que tuvieron que dar un largo paseo mientras el actor le explicaba al otro las localidades de las tiendas de chuches, los puntos de interés, y lo básico para sobrevivir ahí.

Y en un rato llegaron hasta aquel lugar alejado del punto inicial, menos mal que Preston sabía volver.

Y ahí estaba Ered, haciendo algunos trucos mientras un chaval un poco regordete y alto le gritaba que intentase ciertos trucos.

- Hey Ered! Hey Nurf - grito Preston , tenido la atención de ambos campistas, que no sabían que había más de ellos en ese pueblo.

Queridos mamá y papá Donde viven las historias. Descúbrelo ahora