_30_

138 18 3
                                    

Max se encontraba fuera junto a Ered, ella se pasaba todas las tardes en la sede policial, por lo tanto no tenía nada más que hacer que esperar.

- Ha ocurrido algo dentro?

- No..  solo estoy cansado...

- Max, es bueno hablar con las personas, ya sé que yo no soy la mejor persona del mundo, pero creo que deberías hablarlo con Neil o Nikki.

- Gracias por el consejo, pero no necesito ayuda.

Ered iba a seguir molestando al azabache, si no fuera aporque el pelirrojo salió del otro cuadro como si de un tornado se tratase.

Se acercó rápidamente a Max y le dio un abrazo.

- Comprendo tu miedo y terror de ellos, y prometo que no te dejate con ellos de nuevo.

Max también abrazaba a David, algo sorprendente para Ered, pero tenía que confesar que compendia que ra un momento emocional y que hasta Max mostraría un poco de humanidad.

- Podemos volver a casa?

- Voy a preguntar.- dejo el mayor para levantarse y buscar a alguno de los agentes, para confirmar su se podían ir ya, mientras tanto Ered le sonrió a Max ,mientras esté le amenazaba que si decía algo de eso la mataria.

- Dicen que si.

Los dos rápidamente recogieron todo mientras se despedían y los agentes les mencionaban las últimas indicaciones del dia.

-Ahora solo tendremos que enviar las grabaciones para revisión, les avisaremos si hay noticias.

-Gracias agentes. - dijo David mientras salía por la puerta junto a Max.

Ambos entraron en el coche sin decir nada, sino que Max fue el que rompió el silencio haciendo que unas lágrimas silenciosas salieran de sus ojos.

Son intercambiar palabra, David abrazo a Max, mientras le susurraba que todo estría bien.

- Tranquilo Max... Todo va a dar bien...

- Van a volver a enviarme con ellos... Se que va a acabar así... Siempre ocurre lo mismo... No puedo salir de ellos...

- Max, te prometo que-

- David, no importa, al fin y al cabo, tú no eres el que decide... Da igual lo mucho que te esfuerces, ellos siempre ganan...

- Siempre hay esperanza, aún no está elegido todo, seguro que se dan cuánta de lo malo que es enviarte de nuevo con ellos...

- Siempre ganan David, siempre...

Dicho eso, Max no se atrevía a seguir hablando, mientras David le abrazaba y también en silencio intentaba demostrarle al pequeño que estaba a su lado.

Tardaron un rato en retomar su compostura, y David encendió el coche para irse a casa, lentamente, como si el tiempo dentro de ese auto se parase respecto al resto del mundo.

David le preocupa a Max poner algo de música, pero el pequeño se negó. David decidió pasarlo por alto, aunque la música era algo muy importante para el azabache.

Al bajar del coche, el pequeño actuó como un zombie, no intercambiaba palabras, y si era necesario hacía un pequeño sonido para simbolizar lo que quería.

Subieron en silencio hasta la casa, donde David decidió preparase su comida, aunque no se encontraba con muchas ganas de comer. Le propuso a Max hacerle un bocata o algo, pero el pequeño no le respondió.

Por su cuánta, Max se metió en su cuarto y cerró la puerta , recogió sus cascos y se metió en el baño.

Igual que hacía cuando vivía en aquella casa, donde se escondía en baño para que sus padres no le encontrarán, o le dirá suficiente tiempo para esconder lo que hiciera.

También se puso los cascos, para que nadie pudiera escucharlo, y después criticarlo o humillarlo, como sus padres solían hacer con sus gustos musicales.

Cerró la puerta del baño con pestillo y se tumbó en la bañera, la bañera era amplia, era muy agradable poder estirarse por esa superficie.

La música a tope para no preocuparse del mundo exterior y cerró los ojos, aunque la sala estaba totalmente oscura, no hacía falta ni cerrarlos.

Y "mirando" el techo, sus lágrimas salían más costosamente de sus ojos, ya que tenían que superar la fuerza gravitatoria que impartía la tierra.

Aunque eso obviamente no impidió a sus mejillas llenarse de líquido transparente en pocos segundos.

Se volvía a sentir encerrado en su antigua casa, donde tenía que recurrir a ocultar todo, en vez de la heterea felicidad que había descubierto entre esas nuevas paredes.

Volvía a ser el antiguo yo, el antiguo Max , el que tanto odiaba.

David sentado en la mesa, se cuestionaba si debía dejar espacio a Max, o estar a su lado en ese momento. El pequeño era muy complicado , y no podía suponer como se sentía en ese momento.

Así que decidió que le dejaría tranquilamente un rato, y que después iría a ver qué tal estaba.

Decidió que lo mejor que podía hacer era terminar un papeleo del trabajo, para poder pasar la tarde junto a Max, y que cuando saliera de su cuarto pudieran conversar y tener un rato juntos... Quizás uno de los últimos.

Paso alrededor de una hora, para cuando David acabo ese trabajo, y decidió que ya era hora de preguntar a Max como estaba, así que se levantó y llamo a la puerta de su cuarto.

Al rato decidió que entraría, igual se había dormido... Pero al no verlo ahí, pensó que estaba en el baño, así que llamo a la puerta del baño para preguntar si están bien, igual se están duchando, o simplemente estaba utilizando el retrete.

Pero lo que le molestó fue que no le respondía.

David reviso si la ventana estaba abierta y el pequeño había escapado, pero para su bien o mal, la ventana estaba cerrada, y significaba que el pequeño se encontraba en el baño.

Volvió a golpear la puerta y no respondía

- Max!? Estas dentro?! Max!! Estas bien!????

No había repuesta de dentro, y eso le asustaba mucho a David. Max había sufrido mucho y quizás temer la vuestra con sus padres le había hecho cometer una estupidez.

Quizás debería haber ido a buscarle como estaba antes, quizás así hubiera impedido lo que fuera que estaba ocurriendo dentro.

David entro en pánico, Max no respondía a los golpes del baño, y sabia que Max estaba mal... Que tonto era de dejarlo solo.

Queridos mamá y papá Donde viven las historias. Descúbrelo ahora