YoonGi llegó a la puerta del hotel a la hora que le había dicho JongIn. Por supuesto estaba tan solo un poco ebrio porque era la única manera de que pudiera ceder e intentar dejarse llevar ante la situación, sin que terminara vomitando o llorando en medio del acto.
Estaba por tocar la puerta, pero justo en ese instante la misma se abrió. Alguien salió despavorido de ahí, empujando a YoonGi en el proceso para escapar de esas cuatro paredes que ocultaban un monstruo dentro, o al menos eso era lo que pintaba el rostro de JongIn cuando sin siquiera reparar en la presencia del menor, volteó hacia la habitación una última vez antes de salir corriendo y desaparecer por el mismo pasillo de donde YoonGi venía.
En ese preciso segundo toda gota de alcohol se evaporó dentro del sistema de YoonGi. Fue extraño ver al prepotente de JongIn con miedo inmensurable en sus ojos, tanto así que YoonGi sintió curiosidad por saber qué le había causado eso, a pesar de que no estaba muy seguro si sería buena idea averiguarlo. Si alguien como JongIn había salido corriendo de ahí, probablemente alguien débil como YoonGi debería captar la señal para salir de ahí también.
Pero realmente no quiso hacerlo. Guiado por la curiosidad y la poca importancia en lo que pudiera pasarle en ese momento, abrió más la puerta, entrando tan solo dos pasos a la habitación.
Se sorprendió porque lo que menos esperaba era ver a JungKook ahí, de pie en medio de la habitación, con un semblante duro, respiración algo irregular y esos ojos que eran negros a su totalidad.
Ambas lámparas a los costados de la cama matrimonial, encima de las mesas de noche, parpadeaban a cada segundo hasta que finalmente no volvieron a apagarse y la iluminación se mantuvo. Eso pasó justo cuando los ojos del pelinegro volvieron a la normalidad.
—YoonGi —susurró JungKook.
El de cabello rojizo se acercó más a él, deshaciéndose de la tensión inicial de cuando abrió la puerta, pues al saber que se trataba de ese ángel caído, su cuerpo se relajó porque por más intimidante que JungKook pareciera, sabía que no era capaz de hacerle daño.
Sin embargo. Debía admitir que estaba sorprendido y algo confundido. Se suponía que el pelinegro no quería que nadie supiera quién era en verdad, así que, ¿por qué revelarse frente a JongIn?
—¿Qué... —inició a decir, inseguro. Carraspeó para soltar las palabras sin mostrar más titubeos—. ¿Qué sucedió aquí?
—Él ya no va a molestarte —sonrió con cierto cansancio. Y YoonGi pudo ver que había algo de culpa en sus ojos.
—¿Qué le hiciste?
—No va a molestarte más y tu novio no se enterará de nada, YoonGi, concéntrate en eso —respondió, sin querer dar más explicaciones.
—JungKook —caminó un poco más hacia él hasta quedar cara a cara. No podía olvidar la expresión de terror que tenía JongIn al salir de esa habitación. Y aunque se moría por saber qué había ocurrido, JungKook estaba reacio en dar información demás. Y como a YoonGi no le quedaba de otra más que aceptarlo, decidió preguntar otra cosa en su lugar—. ¿Cómo supiste que estaría aquí?
—Los escuché en la tienda —suspiró cansado—. Esperé a que me lo dijeras pero decidiste ignorarme después... Eres muy necio como para buscar o aceptar ayuda a pesar de que internamente ruegas por ella.
—Eres muy idiota como para pensar que te lo diría luego de lo que hiciste —frunció el ceño, intentando ignorar lo último que dijo—. No puedes esperar a que te hable como si nada luego de que me digas que te irás tan repentinamente, y creer que darme el dinero de tus días de trabajo apaciguarían las cosas.
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La Tristesse du Diable ✦ ≪KookGi≫
Fanfiction❝Cualquiera pensaría que el diablo disfrutaba de ser él; un ser poderoso, con su propio reino y que gustaba de torturar a los que llegaban a él. Alguien que no sentía pena, empatía, consideración, y que solo le gustaba seducir a los humanos para ll...