✪Quînquâgintâ quînque✟

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Semyazza caminaba a solas entre la pequeña tormenta de nieve. No había visto algo parecido a eso desde que llegó al infierno.

Adaptarse a ese lugar no fue tan difícil. Lo difícil fue tener que soportar las malas miradas de sus hermanos, pues odiaban el hecho de que ellos habían estado en el infierno desde un comienzo, mientras él se había dado el lujo de tener varias vidas en la Tierra.

No podía culparlos cuando era él quien había huido para no atenerse a las consecuencias, que irónicamente, sentía que ahora habían terminado siendo peores.

Salió de sus pensamientos cuando creyó ver algo a lo lejos. Entrecerró los ojos, queriendo descifrar qué era eso. Y mientras más se acercaba, cayó en cuenta de que en realidad era un alguien.

Cuando pudo reconocerlo, Semyazza apresuró el paso, sintiendo cómo el corazón se le aceleraba ante el temor de lo que estaba viendo.

—No puede ser —musitó al llegar donde él.

Se puso de rodillas, llevando su mano derecha a la mejilla de NamJoon. Tenía los ojos cerrados, aún no había recobrado la consciencia. No era de extrañar si su alma aún no tenía un castigo en específico. Pero la manera en la que había aparecido, las líneas negras que se marcaban en su rostro y cada parte de su cuerpo... ninguna otra alma las tenía.

A pesar de las circunstancias, Semyazza sabía que NamJoon era un hombre relativamente saludable. No pudo haber muerto tan joven. Su sola apariencia daba a demostrar que la causa no había sido algo relacionado a la Tierra, por lo que llegó a una única conclusión.

—Luzbel, ¿qué hiciste?

JungKook se sentó en el pasto al terminar de deshacerse de su "asunto"

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JungKook se sentó en el pasto al terminar de deshacerse de su "asunto". Varios de sus demonios le habían ayudado con él dentro de aquel punto del bosque donde nadie llegaba.

No quedó rastro más que los recuerdos de Luzbel. Flexionó sus piernas y haló de sus cabellos, tan alterado como podría esperarse al estar consciente de lo que había pasado en el apartamento.

—¿Qué fue lo que hice? —sollozó. Sentía todo su cuerpo temblar, hundiéndose en remordimiento—. ¿Qué fue lo que hice, maldición?

Por más que era el diablo, por más que había visto cosas espantosas durante toda su existencia, él jamás había sido participe de una.

Luzbel nunca había herido a un humano, iba en contra de sus principios. Y el solo pensar que había acabado con la vida de uno de ellos, de esos seres por los que él había dado todo, hacía que entrara en un estado de desesperación desmedida.

No supo cómo había llegado a eso, cómo pudo haber perdido el control de esa manera. Sabía que sus intenciones eran proteger a YoonGi, pero, ¿por qué atacó? Él no era así. Sabía que se había sentido furioso al ver a su novio herido, sabía que lo que quería era detener a NamJoon. Pero cuando menos se dio cuenta, todo se había vuelto negro.

La Tristesse du Diable ✦ ≪KookGi≫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora