✪Trîgintâ septem✟

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—Recuérdame una vez más por qué estoy haciendo esto —pidió JungKook.

—Porque la primera noche de nuestra presentación en el bar será por el cumpleaños de la prima del dueño. A ella le gustan las fiestas de disfraces, así que si quieres acompañarnos debes ir disfrazado también —dijo YoonGi. Viendo algunos accesorios para disfraces sobre un pequeño estante.

—Eso lo sé, ¿pero por qué debo ir disfrazado como una versión paródica de mí mismo? —su mirada se enfocó en el espejo, específicamente en la diadema con cuernos rojos que estaba sobre su cabeza.

—Oh, vamos —YoonGi se acercó a él, rodeando el cuello del más alto con sus brazos a la vez que le dedicaba una sonrisa juguetona—. Te ves muy bien de diablo.

—¿Sí? —le dedicó el mismo gesto—. Y si yo seré el "diablo", ¿tú quién serás?

YoonGi se puso de puntillas, como queriendo alcanzar los labios del pelinegro. Sin embargo, no lo besó, solo rozó sus labios e intencionalmente dejó a JungKook con las ganas de más.

—Un demonio, por supuesto —susurró de manera seductora antes de alejarse, para ver de qué otros disfraces disponía la tienda.

JungKook relamió sus labios, siguiendo a YoonGi con la mirada. Instantáneamente la situación había dejado de parecerle divertida, y en cambio ahora se sentía algo nervioso.

—Sí... —rascó su sien con su dedo índice luego de quitarse la diadema—. Respecto a eso... —carraspeó.

JungKook no sabía cómo iniciar esa conversación. Decirle a YoonGi que nunca fue lo que él creyó y que parte de él pertenecía a otro mundo, no era para nada fácil. Ya habían pasado dos días y aún seguía sin encontrar una manera.

Y sabía que hacerlo en una tienda de disfraces y lencería tampoco parecía ser la mejor opción. Debido a eso, decidió callarlo como todas las veces anteriores que quiso decírselo, y prefirió comentar algo trivial en su lugar.

Caminó hacia él y dejó un beso sobre su mejilla. Jamás se cansaría de decirse a sí mismo lo bien que se sentía poder hacer ese tipo de cosas libremente.

—Yoonie...

—Aléjate, aléjate —pidió con voz apresurada, empujándolo levemente para que se alejara un par de pasos de él.

Bueno... quizá no podía hacerlo tan libremente.

Luzbel frunció el ceño, confundido por la reacción del menor. Sin embargo, se dio cuenta de que no era exactamente a causa suya.

Siguió la misma dirección en la que YoonGi dirigía su mirada disimuladamente, queriendo saber a qué se debía su incomodidad.

Cuatro chicos de secundaria afuera de la tienda, dos sentados en la banca del centro comercial y dos de pie, se reían con notable burla mientras dirigían cortas miradas hacia ellos, a través de la enorme pared de vidrio.

—Lo lamento —dijo YoonGi en voz baja y con cierta culpa, sin haberle dirigido la mirada al mayor en ningún momento—. Pensé que no había nadie viéndonos.

—¿Se están mofando de nosotros? —volvió a ver a los adolescentes, incrédulo por lo que estaba viendo.

—Esta es la realidad, JungKook —suspiró, volteando hacia el pelinegro—. Tú y yo, ambos hombres, juntos... no es algo que esta sociedad acepte demasiado. No es algo fácil para las personas como yo y... no es algo a lo que tú debas acostumbrarte tampoco.

—Pero no quiero tener que ocultar lo nuestro.

—Pues no hay nada que se pueda hacer, no a menos que quieras seguir siendo objeto de burla para imbéciles como ellos.

La Tristesse du Diable ✦ ≪KookGi≫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora