✪Octô✟

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Era verdad, YoonGi se sentía muy molesto, indignado. Eran varios sentimientos dentro de él, pero todos eran negativos.

¿Quién lo diría? El cielo y el infierno realmente existían. Eso era lo que le molestaba. Porque ahora que sabía que sí había un ser divino, no podía dejar de preguntarse ¿por qué yo?

YoonGi no se consideraba un hombre malo. Él no robaba, trabajaba por lo que necesitaba. La mayoría del tiempo era sincero, a veces quizá demasiado. NamJoon había sido su primer y único novio hasta ahora, jamás le había sido infiel. Nunca había agredido a golpes a nadie. Entonces, ¿por qué? ¿Por qué había tenido una infancia de mierda? ¿Por qué hasta ese momento su vida seguía siendo tan difícil? ¿Por qué cuando esperaba que algún milagro llegara a él para salvarlo, no aparecía nada? ¿Acaso el todopoderoso alguna vez lo escuchó? No lo sabía, pero sentía que su vida estaba siendo muy injusta.

¿Acaso todo eso era un castigo solo por ser homosexual? Era la única posible respuesta que había encontrado. Pero no, JungKook le había asegurado que eso ni siquiera era un pecado. Hasta cierto punto los humanos confundían la idea del amor correcto o normal, con el instinto de reproducción... o al menos algo así le había dicho Luzbel.

Y debido a eso mismo YoonGi tenía otro dilema: ¿Realmente debía creer en Luzbel? Es decir, era el diablo quien le había dicho todas esas cosas, ¿cómo estar seguro de que no le estaba mintiendo?

Sin embargo debía admitir que JungKook no era nada parecido a cómo las personas lo describían. Sin mencionar que a pesar de que quería cuestionarlo, había algo en él, YoonGi no sabía el qué, pero hacía que él quisiera confiar. Era algo extraño que nunca había sentido antes.

Y JungKook tampoco, nunca había sentido algo como eso hacia algún humano. Era como si hubiese algo que se le hacía demasiado familiar en él, pero eso era imposible. Hasta ese entonces ellos nunca se habían visto antes. Entonces, ¿por qué esa extraña sensación?

JungKook deseaba saberlo, deseaba entender eso. Porque ese algo era una de la cosas que más lo motivaban a ayudar a YoonGi.

Después de eso, la perspectiva que YoonGi tenía hacía JungKook había cambiado un poco. Aun así, a los ojos de los demás, él seguía siendo el mismo YoonGi de siempre. Y tal vez era así, es decir, ¿qué podía cambiar con tener esa información? JungKook lo había dicho, él ya parecía estar viviendo un infierno, y aunque quisiera y supiera cómo, era muy débil como para querer salir de él.

Así qué tal vez solo dejaría que su vida siguiera como hasta ahora. Si se iba al infierno luego de morir, quizá no iba a haber mucha diferencia con ahora.

Eran las 7 de la noche. YoonGi ya había terminado de trabajar y había regresado a casa. Su novio debía arreglarse para irse, pero antes de eso decidieron que sería buena idea tener una ronda de sexo. Por esa razón YoonGi estaba sudado, jadeante y aún saltando sobre el miembro de NamJoon, quien se encontraba sentado en el sofá, con sus brazos extendidos sobre el mismo respaldar de este, y disfrutando del trabajo de su novio.

Finalmente NamJoon se corrió dentro del preservativo y YoonGi lo hizo sobre su propio abdomen. Ambos resultaron agitados y algo cansados luego de eso, pero justo como YoonGi ya se lo esperaba, NamJoon lo apartó de él. Sin decir absolutamente nada, se puso de pie para irse hacia el baño, quitándose el preservativo en el trayecto.

YoonGi se quedó sentado sobre el sofá, viendo hacia la nada.

Antes odiaba que NamJoon hiciera eso, porque sentía que lo trataba como si fuera alguna clase de muñeco inflable. Porque sentía que no lo quería a él, solo un lugar dónde desahogarse. Sentía que lo estaba usando, y YoonGi detestaba sentir eso.

La Tristesse du Diable ✦ ≪KookGi≫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora