✪Quînquâgintâ três✟

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YoonGi salió de la habitación 25 minutos después de haber tenido la pequeña discusión con el pelinegro. Quiso dar un poco de espacio en lo que se daba una ducha y ambos intentaban aclarar un poco más sus pensamientos.

Llegó a la sala. Ya que todavía no había tenido la oportunidad de comprar muebles para esa área, se encontró con JungKook sentado en el suelo. Tenía las piernas flexionadas, descansando los brazos sobre sus rodillas.

El menor no dijo nada, caminó hacia él hasta colocarse de rodillas detrás suyo, pasando sus brazos por sobre los hombros de JungKook, en un tímido abrazo. Exhaló aliviado cuando sintió las manos ajenas acariciando las suyas.

Se mantuvieron en silencio cerca de dos minutos. YoonGi besó la sien de su novio antes de volver a acomodarse como estaba, apoyando su cabeza contra la de su contrario.

—Lo siento —susurró.

—Yo también —respondió casi en el mismo tono—. No debí haberte gritado.

—No pensé que te molestarías tanto.

—Empiezo a creer que siempre reacciono de una forma similar porque lo que realmente me molesta es pensar que todos pueden tener razón —suspiró desanimado—. Tal vez hay algo mal en mí.

—No, cariño, eso no es verdad. No hay nada mal en ti. Eres, por mucho, la mejor persona que he conocido en mi vida.

—Semyazza, Mikhael, ellos piensan que puedo ser peligroso. Las personas aquí lo piensan también, incluso hay una profecía que lo dice. Y tú...

—Yo fui egoísta —le interrumpió. No quería que terminara de decirlo—. Intenté buscar respuestas para mí, quería atribuirle todo mi daño a esa otra parte de mí sin pensar en cómo mis absurdas conclusiones podrían afectarte. Pero, tú jamás has sido malo, cariño —susurró—. La personas piensan eso de ti porque es lo que les han enseñado, pero si te conocieran, sabrían que eres el hombre más bondadoso que existe... aparte del más sexy, por supuesto —sonrió al ver que el pelinegro había hecho lo mismo—. La profecía es una mierda, creí que ya habíamos estado claros en eso también.

—No lo es para mi mundo —aclaró—. Mi hermano Mikhael está aquí y me ha propuesto algo: él... te dejará vivir a cambio de que yo deje la Tierra y regrese al infierno lo más antes posible.

YoonGi se quedó en silencio tras escuchar eso. Se fue separando lentamente de su pareja, para ahora acomodarse delante de él, teniendo ya la oportunidad de verse a los ojos.

—¿Vas a irte?

—Por supuesto que sí —bufó, esbozando una sutil sonrisa, como si esa respuesta fuera más que obvia—. De igual forma, ese momento siempre iba a llegar.

—Bueno, sí, pero... no tan pronto —murmuró lo último. No podía asimilar bien el hecho de que JungKook tuviera que irse en tan poco tiempo.

—Tal vez sea lo mejor.

—¿Lo mejor? ¿Lo mejor para qué?

—Para que puedas tener una vida más normal. Te lo dije, YoonGi, perteneces a ambos mundos así que puedes seguir viviendo aquí todo el tiempo que quieras. Siempre has vivido como humano, por lo que rechazar tu otra mitad no debería ser un problema. Incluso las visiones que tienes podrían desaparecer cuando yo me haya ido.

La Tristesse du Diable ✦ ≪KookGi≫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora