✪Quînquâgintâ duo✟

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YongSun volvió a ver el reloj en su celular. Soltó un resoplido al darse cuenta de que ya habían pasado más de 45 minutos. Por supuesto, JaeBeom no había regresado, y ella seguía exactamente en el mismo lugar donde se habían separado.

Se estaba cansando. Ella pudo haberse ido desde mucho antes, por supuesto que sí, pero debía admitir que ese hombre le daba algo de curiosidad. La forma en la que se expresaba, su manera de actuar... no era muy común. Además de eso, también seguía allí porque le había prometido una noticia digna como para estar en la portada del periódico.

No solía ser interesada o confiar en desconocidos tan fácilmente, pero a esas alturas aquella era una oferta que no había podido rechazar.

Sin embargo, mientras más pasaba el tiempo, más se daba por vencida. Parecía ser ya demasiado obvio para ella que JaeBeom no iba a regresar.

Se sintió un poco molesta, no iba a ocultarlo. No solo porque ya no tendría "noticia" alguna, sino por la forma en la que se había ido y porque, básicamente, la había dejado plantada.

Tras un suspiro cansado, decidió acomodarse el bolso que cargaba en uno de sus hombros e inició a caminar en la dirección donde sabía que estaba la estación de metros más cercana.

—Lo siento.

Esas dos únicas palabras hizo que se detuviera. Reconoció rápidamente la voz de esa persona, por lo que dio media vuelta, encontrándose al fin con JaeBeom.

La expresión del chico era seria y muy distinta a la que tenía antes de haberse ido.

—Estaba por irme —respondió la chica, acercándose a él.

—No me estoy disculpando por eso.

—Entonces, ¿por qué?

—No puedo ayudarte con la noticia, lo lamento.

—No entiendo. Estabas muy dispuesto hace unos minutos, ¿qué cambió?

Mikhael desvió la mirada de ella. ¿Qué podía decirle? Él no estaba dispuesto a revelar su identidad y aunque lo hiciera, ella no podría entender la situación. Es más, él ni siquiera debería estar ahí con ella, debería estar cumpliendo con su trabajo de eliminar al eslabón perdido.

La noticia que él había estado tan dispuesto a darle, eran sobre las alas de Luzbel. Las había guardado todo ese tiempo y las mantuvo escondidas.

No iba a negarlo, quizás había estado haciendo todo eso para provocar aún más a su hermano. No obstante, después de lo sucedido en el bosque, ya no sabía si valía la pena.

Ver a Luzbel de esa forma, de alguna manera le hizo abrir más los ojos para observar las cosas desde otra perspectiva.

Todos en el mundo celestial se pensaban que siempre había existido una rivalidad entre Luzbel y él, pero la verdad era que eso estaba muy alejado de la realidad. Mikhael no lo envidiaba ni lo odiaba, en realidad lo admiraba. Nunca quiso intentar ser más que él, solo ser como él. Porque Luzbel era perfecto, y muchos lo tomaban como un ejemplo a seguir. Mikhael era uno de ellos y el que más se esforzaba para llegar a su mismo nivel.

Pero todo eso cambió cuando Luzbel empezó a ir en contra de las reglas de su padre. Mikhael se había decepcionado tanto de él, ¿cómo el ángel que siempre estuvo en lo más alto del cielo, había caído hasta lo más bajo del infierno? Jamás pudo entenderlo. Y desde que Luzbel se había ido, Mikhael fue quien se volvió lo más cercano a la perfección entre los demás ángeles.

Podía ser frío, pero nunca intentó contradecir a su padre. Siempre creyó que él hacía lo correcto siendo la mejor versión de lo que se esperaba de un ángel. Y siempre creyó, que Luzbel había cometido el peor error de su existencia. Siempre creyó que había sido un estúpido por haberse doblegado ante los humanos y haber permitido recibir un castigo eterno a cambio de nada. Eso fue lo que lo molestó y decepcionó aún más, tanto así, que esa fue la razón porque la que inició a sentir cierto rencor hacia él.

La Tristesse du Diable ✦ ≪KookGi≫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora