✪Ûndecim✟

2.3K 376 39
                                    

Cuando YoonGi llegó a su apartamento, no hizo más que volver a bañarse, vestirse con ropa limpia y dejar el desayuno preparado como siempre hacía todas las mañanas. No vio a NamJoon ni siquiera de reojo, se sentía muy culpable como para hacerlo.

Ese día no quería ir a trabajar, tenía los ánimos por el suelo. Sin embargo, no podía permitirse perder un día de trabajo, porque eso costaría dinero. Aunque ciertamente en ese momento no era algo que le importara tanto, su cuerpo solo se movía por inercia.

Esa misma mañana se dio cuenta de que algo en él había cambiado desde la noche anterior. Podía aparentar ser el mismo, pero por dentro no lo era. Sentía un odio constante hacia él y hacía todo a su alrededor. Lo supo cuando las ganas de golpear a aquel tipo que estaba frente a él, se hacían más grandes.

Recibir algún reclamo o insulto de parte de algún cliente no le era problema a YoonGi, siempre había tenido la paciencia como para lidiar con ello, siempre daba la razón y lograba contentar al cliente. Pero justo en ese momento, mientras más escuchaba los insultos de ese hombre, el impulso de lanzarle un puñetazo se hacía más grande.

—¿Qué acaso estás mudo? ¡¿Por qué no me respondes?! —gritó exasperado el cliente—. ¡Eres un inepto de mierda!

—Lo siento mucho,  señor —respondió finalmente YoonGi.

Esas palabras por alguna razón solo habían hecho enfurecer aún más al hombre, volviéndole a decir unas cuántas cosas más.

YoonGi rascaba su brazo izquierdo para contener aquellos impulsos mientras aparentaba escuchar las palabras del cliente. Sus brazos estaban cubiertos por las mangas de un suéter negro, pero mientras YoonGi más se rascaba, más abría las heridas que se había hecho la noche anterior, y él lo sabía. Prefería estarse concentrando en el dolor que él mismo se ocasionaba y tratando de controlarse, en lugar de escuchar las ofensivas palabras de un hombre que ni siquiera lo conocía.

Es más, ¿quién se creía para gritarle de esa manera? Jodidos riquillos que piensan que el mundo gira a su alrededor. Había cometido un error, sí, pero había sido un completo accidente, no es que lo hubiese hecho a propósito. Además, no era para tanto.

Pero las cosas iban más allá para YoonGi. ¿Qué se creían todos para tratarlo como se les antojara? Él no era un maldito muñeco sexual, él no era un maldito esclavo y él no era un maldito saco de boxeo. Sin darse cuenta, iniciaba a rascar su piel con más fuerza debido a la furia que incrementaba.

Por unos segundos no pudo escuchar nada de lo que lo rodeaba, solo un pitido agudo. No obstante, por las expresiones del hombre frente a él, sabía que le seguía diciendo de cosas. YoonGi se sintió tan furioso, mezclando lo que estaba sucediendo ahora junto con todo lo demás, que por un instante perdió el control.

—¿Sucede algo?

JungKook apareció en el pasillo, logrando que YoonGi volviera en sí y quitándole el impulso de alzar su puño.

En ese momento fue consciente de lo que estuvo a punto de hacer y su corazón empezó a latir con mayor fuerza.

—¿Que acaso no ves? —soltó el hombre con desdén—. Este idiota pisó mi zapato, lo llenó de lodo y ni siquiera fue capaz de disculparse.

JungKook alzó una ceja, volteando a ver a YoonGi.

—¿Solo eso? —preguntó en voz alta.

—¿Cómo te atreves a decirlo así? —habló el cliente nuevamente—. ¡No cuestan dos centavos, son zapatos de marca! Pero claro, son cosas que ustedes jamás tendrán la capacidad de comprar, por eso no lo entienden.

La Tristesse du Diable ✦ ≪KookGi≫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora