YoonGi recordó en ese momento el por qué nunca aceptaba que JungKook ni nadie más lo acompañara a casa, la razón no era nada más y nada menos que su pareja.
NamJoon no dijo nada en ningún momento, solo se mantuvo en el mismo lugar, observando a los otros dos. Debido a eso YoonGi supo inmediatamente lo que tenía que hacer.
—Hasta luego, JungKook.
—YoonGi —lo tomó del brazo antes de que entrara a su apartamento. YoonGi le vio con cierta advertencia, por lo que Luzbel lo fue soltando lentamente, no tuvo que pensar mucho para saber que no era precisamente por él que no quería el más mínimo contacto—. Ahí estaré por si mañana cambias de opinión.
—Gracias —dijo con sinceridad antes de adentrarse a su vivienda.
NamJoon le había dado el espacio para que pasara. JungKook se había quedado observando la espalda del menor mientras se alejaba, hasta que alguien se interpuso al frente suyo, rápidamente reaccionó y volvió a posar su mirada en NamJoon.
El chico no parecía tener ganas de hablar, en cambio parecía solo estarlo escaneando de arriba a abajo o algo por el estilo. Luzbel no sabía qué se suponía que debía decir en un momento como ese. Tampoco supo cómo tomar el pequeño bufido burlón con aires de superioridad que soltó el contrario, así que solo dijo lo primero que se le vino a la cabeza.
—Tú debes ser... —Ni siquiera pudo terminar la oración cuando NamJoon le había cerrado la puerta en la cara—. Claro —susurró para sí mismo, asintiendo con la cabeza.
Le echó un último vistazo a la puerta del lugar donde sabía que se encontraba YoonGi, antes de retirarse por completo.
—¿Quién es ese? —NamJoon llegó a la habitación, donde YoonGi estaba colocándose una camisa más holgada para poder dormir cómodamente, ese día se estaba sintiendo más cansado de lo habitual.
—No es nadie.
—¿Nadie? —bufó—. ¿Entonces qué? ¿Acaso me lo imaginé?
—Solo es un compañero de trabajo —respondió en un suspiro, algo fastidiado al ser siempre él quien tenía que estar dando explicaciones.
—¿Por qué un compañero de trabajo viene a dejarte hasta la puerta de tu casa?
—Porque es amable, ¿sí? Ya puedes olvidarlo.
—¿Esperas que te crea eso? —sonrió con ironía—. Claramente ese tipo es amable porque quiere follarte.
—No todos son como tus amigos cavernícolas.
—Deja de meter a mis amigos en esto —le recriminó, sin saber excactamente el trasfondo de esas palabras. Caminó hacia él hasta quedar a su lado—. ¿Por qué lo defiendes?
—Porque no ha hecho nada malo. Deja de pensar que todos los hombres a los que me acerco quieren algo conmigo.
—Dame tu celular —ordenó, extendiendo su mano hacia él.
—Oh, santo cielo —suspiró pesado, dándole la espalda con las intenciones de acostarse en la cama—. No quiero seguir con esto.
—YoonGi —lo tomó de la muñeca—. Tu celular.
—No —soltó enojado, zafándose del agarre—. Maldición, no.
—¿Por qué siempre haces todo más difícil? —alzó la voz, un poco más alterado.
Quiso acercarse a la mesa de noche donde se encontraba el celular de YoonGi, pero este se atravesó impidiendo tal acto. NamJoon quiso hacerlo a un lado, sin embargo su novio se mantuvo firme y completamente decidido a no querer entregarle el aparato. No era que YoonGi ocultara algo ahí, sabía que si su pareja lo revisaba no encontraría nada de nadie y mucho menos de JungKook, quien era su objetivo principal en ese momento. Pero no quería entregárselo, porque eso solo demostraría lo que YoonGi aún no era capaz de aceptar a totalidad.
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La Tristesse du Diable ✦ ≪KookGi≫
Fanfic❝Cualquiera pensaría que el diablo disfrutaba de ser él; un ser poderoso, con su propio reino y que gustaba de torturar a los que llegaban a él. Alguien que no sentía pena, empatía, consideración, y que solo le gustaba seducir a los humanos para ll...