✪Duodecim✟

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TaeHyung veía la pantalla de su celular. Otro asesinato había ocurrido en Filipinas, uno exactamente igual al que había sucedido en Vietnam días atrás. TaeHyung pensó que eso ya era demasiada coincidencia.

Buscó el contacto de JungKook con las intenciones de informarle lo que había sucedido. Pero antes de presionar el botón de llamar, la voz de SeokJin lo interrumpió.

—Ya es suficiente —el rubio cenizo se colocó frente a su novio, quien se encontraba sentado en el sofá de la sala.

—¿Qué? —preguntó desconcertado.

—No te hagas el desentendido —resopló—. Tenemos tres años viviendo juntos, Tae. No pretendas que no voy a notar el hecho de que me evitas. ¿Por qué demonios lo haces?

—SeokJin, no te estoy evitando.

—Por supuesto que lo haces.

—No lo hago —insistió. Suspiró pesado antes de dejar su celular a un lado. Tomó la mano de su novio, invitándolo a sentarse para lograr bajarle un poco a su exasperación—. Te lo he dicho —su voz sonó más baja y más tranquila—. Solo estoy con muchas cosas del trabajo.

Y mientras más lo veía a los ojos, más culpable se sentía, tanto por sus mentiras de ahora como por la decisión que aún no era capaz de tomar porque sabía las probables consecuencias que tendría. Aunque debía admitir que no sólo era por SeokJin que lo hacía, era por él también.

—Te he visto estresado por el trabajo antes, esta no es la forma en la que actúas —SeokJin desvió la mirada por un segundo, sintiéndose más decaído—. Tae, si algo está pasando puedes decírmelo, de lo contrario no sabré cómo ayudar o cómo enmendar las cosas.

—No hay nada que enmendar, cariño —elevó las comisuras de sus labios en una pequeña sonrisa, queriendo lucir convincente para su novio—. Tienes razón, he estado actuando extraño —se acercó más a él, sintiendo una presión en el pecho—. Pero ni siquiera había sido consciente de ello. Lo lamento —deslizó su mano hacia la de su pareja—. Puedo prometerte que no volverá a pasar.

—¿De verdad solo es el trabajo? —le vio directo a los ojos. Era claro que lo único que esperaba era una respuesta sincera, pero eso era algo que TaeHyung no le podía dar.

—Lo es —mordió sutilmente su labio inferior durante unos segundos—. Los exámenes se acercan y... Ya sabes, todo se vuelve más estresante —llevó su mano a acariciar la mejilla de SeokJin luego de verlo asentir. Se acercó un poco más, hasta hacer desaparecer la poca distancia entre ambos y dejar un pequeño beso sobre sus labios—. ¿Qué te parece si mañana preparamos el desayuno juntos? —sonrió. Pero al no obtener ningún tipo de respuesta decidió volver a hablar—. O... yo podría llevarte el desayuno a la cama luego de despertarte con mimos. ¿Te gusta la idea? —inició a depositar varios besos en su mejilla—. Vamos, sé que te gusta la idea, solo tienes que decir que sí—. Dejó más besos por todo su rostro, con intenciones de hacerle sentir mejor.

SeokJin terminó soltando un suave suspiro segundos después, uno que contenía algo de alivio, aunque no se veía del todo convencido.

—Bien —asintió nuevamente—. El desayuno a la cama suena bien.

—De acuerdo —TaeHyung se separó con una amplia sonrisa—. Ya no te tortures con eso, ¿sí? Ve a descansar—dijo en voz baja—. Te alcanzaré en un minuto.

—No tardes mucho —pidió en el mismo tono del contrario. Dejó que TaeHyung le diera un último beso antes de ponerse de pie y dirigirse hacia su habitación.

Semyazza borró su sonrisa tan pronto SeokJin desapreció de su campo de visión. Sabía que solo estaba retrasando lo inevitable, y sabía que eso solo volvería peor las cosas. Pero no podía terminar con todo así nada más. Sin embargo, en ese momento lo que más le inquietaba era otra cosa. Volvió a tomar su celular cuando la puerta principal de la casa se abrió.

La Tristesse du Diable ✦ ≪KookGi≫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora