Kim YongSun tamborileaba con una de sus manos sobre la superficie de la mesa. Miró su reloj de pulsera, dándose cuenta que ya habían pasado 20 minutos desde que llegó al restaurante y la persona por la que esperaba no había aparecido.
10 minutos más tarde, se rindió. JaeBeom no iba a llegar. No se sintió molesta puesto que le había asegurado que la asistencia no era obligatoria. Sin embargo, sí se sentía un poco... decepcionada.
Terminó de tomarse el agua fría que le habían servido en una copa. Por suerte no había ordenado nada aún, así que simplemente se levantó, dispuesta a salir de ese lugar, llegar a su apartamento y dormir hasta que se diera la hora de alistarse para ir a trabajar el día siguiente.
No obstante, se detuvo a medio camino cuando después de varios minutos, el hombre por el que esperaba había llegado. Presionó sus labios, intentando contener una baja risita. Le daba gracia que, para el lugar en el que estaban, JaeBeom estaba vestido de una manera demasiado formal. Parecía que estuviese en camino para una boda o algo por el estilo.
Cuando Mikhael la divisó, tragó saliva ante la despampanante imagen de esa mujer. Por supuesto, anteriormente la había conocido ebria, vomitando y luego con resaca y el maquillaje corrido. Ahora que veía por cómo era el día a día, algo en él le decía que no se arrepentía de haber asistido a esa cena.
Esa chica por alguna razón había llamado su atención. Y eso no fue hasta ese momento, irónicamente fue desde que la conoció en ese club.
—Creí que no ibas a venir —comentó YongSun, cuando Mikhael se acercó donde ella.
—No iba a hacerlo.
—Wow... demasiada sinceridad.
—Gracias —respondió, tomándoselo como un cumplido—. Pero decidí venir porque, a decir verdad, tengo algo de curiosidad.
—¿Sobre qué?
Ambos caminaron hacia la mesa. YongSun tomó asiento sobre la misma silla en la que estuvo anteriormente y Mikhael se sentó al otro extremo, frente a ella.
—Sobre por qué estás haciendo esto. Dijiste que era para agradecerme, pero... ¿por qué? Pude percibir que no te agradé la última vez que nos vimos.
—Así era, me desagradaste —respondió con la misma sinceridad del contrario. Sin embargo, JaeBeom no lució afectado por eso—. En la nota que te dejé, escribí que eras agridulce —inició a explicar—. Me pareciste un soberbio y también un poco pedante. Por eso la parte agria, y sinceramente la única con la que creí que me quedaría. Pero luego fui al baño y encontré un cepillo de dientes y un jabón de ducha nuevos sobre una toalla limpia. El servicio a la habitación llegó con una deliciosa sopa a pesar de que yo no había pedido nada... eso además de haberme ayudado cuando nadie más se acercó para hacerlo... es la parte dulce —confesó—. Y por eso sentí que como mínimo debía agradecerte con una cena.
—No tienes por qué, de alguna forma es mi trabajo. Cuidar de los humanos, por eso estoy aquí.
—¿En el restaurante?
—No. En la Tierra.
—¿Por qué hablas como si fueras un extraterrestre? —apoyó los codos sobre la mesa, mostrándose muy interesada en ese tema.
Mikhael desvió la mirada durante un par de segundos. Jamás había interactuado tan de cerca con un humano por más de una vez ni por mucho tiempo. ¿Qué debería decir? Es más, ¿cómo hablar como un humano normal? Porque evidentemente no iba a decirle quién era en realidad.
—Bueno yo... —lo pensó un poco—. Pensé que eso podría impresionar a las chicas —por primera vez se sentía como un completo tonto.
—Creí que no te interesaba.
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La Tristesse du Diable ✦ ≪KookGi≫
Fanfiction❝Cualquiera pensaría que el diablo disfrutaba de ser él; un ser poderoso, con su propio reino y que gustaba de torturar a los que llegaban a él. Alguien que no sentía pena, empatía, consideración, y que solo le gustaba seducir a los humanos para ll...