✪Quadrâgintâ duo✟

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Las dulces palabras de JungKook le habían transmitido a YoonGi toda la seguridad que necesitaba. Asintió levemente con la cabeza y, sin decir nada, se puso de pie.

JungKook no entendió por qué se había alejado, pero la respuesta llegó a él cuando el menor apagó la luz de la habitación.

Las luces del exterior se filtraban por la ventana y esa poca pero justa luminosidad había creado un ambiente aún más romántico para ellos, a pesar de que ese no fue el propósito inicial de YoonGi.

Caminó hacia su pareja nuevamente, deteniéndose al frente suyo. Tomó las manos de JungKook y las guió hacia el borde de su camisa.

—Desnúdame.

JungKook no necesitó que se lo dijeran una segunda vez. Se puso de pie y alzó la camisa del menor para poder quitársela. La tiró al suelo sin importarle en realidad dónde exactamente, luego volvió a sentarse y prosiguió con el pantalón que hacía juego a la otra prenda. El menor se quitó el calzado antes de ayudar a su pareja a que lo terminara de desvestir.

Una vez que estuvo completamente desnudo, JungKook recorrió todo el níveo cuerpo de YoonGi con su mirada. La baja luz no era un impedimento para poder apreciarlo, y menos si tenía un par de manos que morían por recorrer cada parte de su piel.

Lo tomó de las caderas y lo impulsó a sentarse nuevamente a horcajadas sobre él. Cuando así lo hizo, suspiró al sentir la calidez de la piel de YoonGi sobre su cuerpo. Paseó lentamente sus manos por su espalda, erizando la piel del menor. Bajó a sus muslos poco después, donde en la cara interna de los mismos esta vez pudo sentir pequeños relieves que hicieron a YoonGi avergonzarse de sí mismo.

Le servía de consuelo que con las luces apagadas no podía ver sus cicatrices tan detalladamente. Sin embargo, eso no evitó que se sintiera un tanto intranquilo al notar que luego de tocar esa parte de su piel el pelinegro estaba demasiado callado. YoonGi supuso que estaba disgustado.

—Ya te has arrepentido, ¿cierto? —preguntó en un leve tono dolido—. Está bien —suspiró al no tener una respuesta—. No tenemos que hacer esto. Es estúpido, yo no...

Antes de que YoonGi pudiera continuar, JungKook lo besó. Fue un beso lento pero profundo, que logró transmitirle a YoonGi muchas cosas. Se sintió tan querido, tan deseado por él. JungKook le transmitía tanto afecto y tanta confianza, que YoonGi por un segundo pensó que no lo merecía. ¿Qué había hecho bien en su vida como para merecer el amor de un hombre como ese?

—Eres perfecto para mí, YoonGi —musitó cuando sus frentes estuvieron unidas.

YoonGi acarició las mejillas del pelinegro. Sentía su corazón derretirse con lo dulce y delicado que su pareja era con él. Dejó un beso cortito en sus labios antes de separarse con una pequeña sonrisa.

—Te quiero, JungKook —susurró—. Por favor, jamás vuelvas a dudar de ello.

El pelinegro no respondió al instante. Sus labios se volvieron a unir, intercalando entre besos suaves y besos apasionados.

Finalmente, entre tantas caricias fueron cambiando de posición, hasta que YoonGi estuvo recostado en la cama y con JungKook sobre él.

—Yo también te quiero —susurró sobre los labios contrarios. Se concentró en el hermoso brillo de sus ojos mientras se acomodaba en medio de sus piernas.

La Tristesse du Diable ✦ ≪KookGi≫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora