YoonGi tomó un taxi, deseando que este llegara lo más rápido posible a su destino, sin embargo, cada minuto que pasaba parecía como si fuese una eternidad. Y eso le desesperaba. Si llegaba después de que NamJoon se fuera, las cosas no resultarían bien para cuando él regresara.
YoonGi tenía dos trabajos, uno en el día como dependiente en una tienda de conveniencia, y otro en la noche como miembro de una banda junto con sus amigos. Por supuesto, este último trabajo no se daba muy seguido, solo cuando algún establecimiento los contrataba para un show en vivo, y YoonGi lo aprovechaba al máximo porque eso era lo que más le gustaba, la música y el componer. De hecho la mayoría de las canciones que SeokJin y TaeHyung cantaban, estaban escritas por YoonGi.
Por otro lado, NamJoon era bartender en una de las discotecas más famosas de Seúl, la razón por la que le tocaba trabajar desde las 7:30pm hasta altas horas de la madrugada.
Al ambos haberse escapado de Daegu siendo tan jóvenes e inexpertos, y llegar a otra ciudad sin dinero, trabajo, ni nadie que les pudiera ayudar, les tocó buscar todas las formas posibles para hacerse una vida ahí. Aunque claro, no fue la mejor.
Ninguno de los dos pudo entrar a la universidad, de hecho YoonGi ni siquiera se graduó de la secundaria. NamJoon era dos años mayor que YoonGi, por lo que él había tenido la oportunidad de inscribirse en tres universidades, pero ninguna lo había aceptado. Y aunque hubiese sido el caso contrario, la realidad era que tampoco hubiese tenido el dinero para pagarla y continuarla.
Con esfuerzo por parte de ambos, obtuvieron pequeños y diferentes tipos de trabajos a lo largo de los años que poco a poco los ayudaron a avanzar. Habían conseguido alquilar un apartamento, no era de los mejores ni de los más grandes ni de los más lujosos, estaba en una de las zonas pobres de Seúl, pero al menos tenían un techo que los cubriría de la lluvia, del frío y los dejaría descansar tranquilos. Tenían las cosas básicas, como una estufa, un refrigerador donde guardar la comida y una cama. Poco a poco fueron llenando el lugar de más cosas, como un pequeño comedor, sofás, un televisor, entre otras cosas.
En la actualidad tenían trabajos que consideraban mucho más decentes, pero aún así, no eran lo suficientemente bien pagados. Vivían con lo que tenían, y si bien de vez en cuando podían darse un pequeño lujo como comprarse una prenda de vestir, tampoco podía tratarse de algo tan excepcional. El dinero que ganaban iba justo para la comida y las deudas.
Normalmente, cuando YoonGi salía de trabajar, debía regresar a casa. Debía estar ahí desde antes de que NamJoon tuviera que salir a trabajar. Era una regla que el mayor había impuesto.
Por lo general, a NamJoon no le importaba si YoonGi llegaba más tarde de lo normal por obtener un turno extra en la tienda de conveniencia, pues eso significaba más dinero. El problema era cuando tocaba en la banda. Por supuesto, también ganaba dinero con ello, pero el asunto en sí, eran los amigos de YoonGi. Pues NamJoon estaba muy consciente de que ellos estaban en contra de su relación, y no quería que le metieran cosas a YoonGi en la cabeza para terminar con ella. Por esa razón, NamJoon odiaba a los amigos de YoonGi y no los quería cerca de él más de lo necesario.
Cuando el taxi se detuvo frente al viejo y deteriorado complejo de apartamentos, el de cabello rojizo oscuro pagó lo que debía, y como si se tratase de un rayo, corrió escaleras arriba hasta llegar a la puerta de su apartamento.
—Llegas tarde —comentó NamJoon, colocándose su chaqueta negra de mezclilla frente al espejo que estaba pegado en la pared, cercano a la entrada.
—Lo siento —YoonGi cerró la puerta detrás de él—. Había... Mucho tráfico —mintió.
—¿Eso o te quedaste parloteando con esos maricones? —NamJoon se volteó hacia YoonGi cuando lo escuchó emitir un suave sonido a forma de burla—. ¿Qué te causa gracia?
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La Tristesse du Diable ✦ ≪KookGi≫
Fanfiction❝Cualquiera pensaría que el diablo disfrutaba de ser él; un ser poderoso, con su propio reino y que gustaba de torturar a los que llegaban a él. Alguien que no sentía pena, empatía, consideración, y que solo le gustaba seducir a los humanos para ll...