El sonido de la lluvia predominaba en gran parte de la ciudad, las calles estaban vacías, el cielo estaba completamente nublado incluso como para ocultar la luz de la Luna. Pero la humedad o la oscuridad no era algo que le preocupara a YoonGi ni a JungKook.
Ambos ya se encontraban en el interior del apartamento de YoonGi. Estaban empapados por la lluvia, pero el calor que se proporcionaban el uno al otro les impedía pensar en eso. Las luces del apartamento estaban apagadas ya que ni siquiera se habían molestado en encenderlas antes de caer en un momento tan íntimo como lo era ese para ellos. El sonido del exterior era amortiguado por las paredes, por lo que dentro del lugar lo único que se escuchaba con claridad eran sus respiraciones y los suaves chasquidos de sus besos, que se producían cada vez que se separaban solo para volverse a fundir en uno nuevo.
El menor mantenía su espalda apoyada en la puerta principal mientras que prácticamente era acorralado por el cuerpo del contrario. Su mano derecha se aferraba a la tela de la camisa de JungKook, mientras que la otra hundía sus dedos en el cabello de este. JungKook, por su parte, tenía su antebrazo izquierdo apoyado en la madera, su mano derecha acariciaba la mejilla del contrario, y sus labios se encargaban de seguir el ritmo de los labios de YoonGi.
La sensación era tan buena para ambos, que lo menos que querían era separarse. No obstante, tenían que hacerlo si en algún momento iban a hablar de eso.
YoonGi dejó un último beso sobre los labios del pelinegro, y se separó para apoyar su frente contra la de él. Aún con los ojos cerrados, relamió sus labios y se mantuvieron en silencio durante varios segundos, disfrutando un poco más de esa atmósfera, de esa gratificante sensación, de ese momento, de ellos.
JungKook fue el primero en alejarse, mas no del todo porque su propósito inicial era apreciar el rostro del menor. No podía hacerlo a perfección con las luces apagadas, así que estiró su brazo hasta el interruptor que no estaba muy alejado de la entrada.
La imagen con la que se topó luego de regresar al chico, fue de lo más gloriosa y satisfactoria para él. El cabello de YoonGi estaba húmedo y acomodado hacia atrás, sus mejillas estaban sonrosadas y sus labios también habían adoptado un tono un poco más intenso que su color natural.
Los ojos de YoonGi aún seguían brillando con ese anhelo inusual, y JungKook no podía sentirse mejor al saber ahora que eso se debía también a él.
YoonGi acarició sus mejillas con suma delicadeza y se acercó para dejar un corto beso lleno de afecto sobre la punta de su nariz.
—En verdad no quiero hacerte sentir incómodo o que sientas presión por lo que siento por ti —susurró. Bajó su mano derecha al cuello del pelinegro, iniciando a acariciar esa zona—. Así que... ¿Estás seguro de esto? No me molestaré si dices que no —sonrió levemente, intentando aligerar las cosas a pesar de que realmente se sentía un poco tenso.
—Esto es increíble incluso para mí, pero... lo estoy. Estoy muy seguro de esto —esbozó una sutil sonrisa. En ese momento JungKook no pensaba en nada ni en nadie. En ese momento solo eran ellos dos—. Pero, ¿tú lo estás? —también cuestionó—. No quiero que sientas que estoy apresurándote a algo con lo que tú no estás listo aún. Si necesitas tiempo podré comprenderlo perfectamente. Además... no quiero que un día despiertes, recuerdes lo que soy y te arrepientas de estar a mi lado.
—Eso no pasará —negó con la cabeza—. Yo... —suspiró. No podía creer que eso estaba sucediendo de verdad. JungKook le estaba correspondiendo y por alguna razón, eso lo ponía aún más nervioso—. También quiero esto, pero... no quiero arruinarlo, no contigo. Y hay muchas cosas que no he resuelto aún.
—Lo entiendo —asintió—. Si quieres y sientes que necesitas hacerlo solo, lo respetaré. Pero si quieres continuar con esto, quiero que sepas que no me separaré de ti y estaré muy dispuesto a ayudarte a resolver y superar todos los obstáculos que tengas enfrente. Todo será al ritmo que desees.
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La Tristesse du Diable ✦ ≪KookGi≫
Fanfiction❝Cualquiera pensaría que el diablo disfrutaba de ser él; un ser poderoso, con su propio reino y que gustaba de torturar a los que llegaban a él. Alguien que no sentía pena, empatía, consideración, y que solo le gustaba seducir a los humanos para ll...