✪Quadrâgintâ três✟

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Muchas imágenes se reproducían a la misma vez, algunas mezcladas con otras que eran difíciles de comprender, otras estaban distorsionadas y otras un poco borrosas.

No obstante, también hubo algunas que sí pudo distinguir a la perfección; como las flores azules, paisajes cubiertos con mucha nieve, siluetas negras, rostros de personas que él no conocía y que se veía que estaban sufriendo, veía partes de lo que parecía ser un par de alas negras muy diferentes a las que había visto alguna vez.

Se veía a sí mismo de pie bajo un cielo oscuro. Sus ojos eran totalmente negros, y a su alrededor, no había más que solo fuego y destrucción.

YoonGi abrió los ojos, saliendo de su sueño y regresando de nuevo al mundo real.

Estuvo desorientado durante un par de segundos, al menos hasta que sintió el pecho desnudo de JungKook pegado a su espalda, con su brazo rodeando su torso y sus piernas entrelazadas con las suyas bajo las sábanas.

Pudo haberse preguntado qué había sido de ese extraño sueño si no fuera porque este mismo se esfumó por completo de su mente al estar consciente de la posición en la que estaba con el pelinegro, esa que le producía una sensación muy gratificante en su pecho y que le hacía recordar lo que había sucedido tan solo horas atrás.

Sacó su brazo que se ocultaba bajo la sábana y colocó su mano sobre la de JungKook, proporcionando sutiles caricias con su pulgar.

—¿Ya estás despierto? —susurró el pelinegro.

—Buenos días —respondió en el mismo tono y con una pequeña sonrisa.

—¿Descansaste? —musitó tras dejar un beso en el hombro del menor.

—Siento que jamás había dormido tan bien en mucho tiempo.

No había mentido. Era la primera vez que sentía que realmente había descansado como debería, que era la primera vez que había dormido más de tres o cuatro horas como ya se había acostumbrado a hacer después de tantos años. El único pequeño inconveniente había sido su sueño, pero no quiso prestarle mucha atención porque después de todo solo había sido eso, un estúpido sueño.

—Me alegra escuchar eso —volvió a besar su hombro, abrazándolo fuerte para atraerlo más a su cuerpo—. Yo también lo hice.

—¿Sí? ¿Incluso estando en una cama tan pequeña e incómoda como para que dos personas quepan en ella?

—Al menos eso me da la excusa perfecta para permanecer abrazado a ti.

—No necesitas una excusa para abrazarme, cariño —entrelazó los dedos de sus manos.

—Me gusta cuando me llamas así —susurró sobre su piel.

—Y a mí me gusta despertar contigo de esta manera —exhaló por la nariz, sintiéndose totalmente complacido—. Gracias por haberte quedado conmigo.

—Bueno, si tú no lo sugerías iba a hacerlo yo.

—Oh, no lo menciones. Podría acostumbrarme a esto.

JungKook sonrió. Rozó la punta de su nariz en la parte posterior del cuello de YoonGi, logrando erizar su piel con ese acto. El menor cerró los ojos, le estaba encantando ese tipo de cercanía.

—¿Sabes? Lo de anoche fue increíble —comentó el pelinegro.

—¿Sí? ¿De verdad te gustó? —se giró hacia él para poder verle a los ojos.

—Tanto que podría repetirlo ahora mismo.

—Mm... eso suena a una gran propuesta —YoonGi sonrió, abrazándose a su cintura—. Ahora te arrepientes de no haber probado tener sexo antes, ¿eh?

La Tristesse du Diable ✦ ≪KookGi≫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora