—¿SeokJin se irá al infierno por estar conmigo? —soltó TaeHyung anonadado.
—No es como si no lo supieras —le vio, inexpresivo—. ¿Acaso no recuerdas que antes de que todos se fueran al infierno, permitiste que algunos ángeles se hicieran de mujeres humanas? ¿Dónde crees que están ellas ahora? Ellas y sus hijos.
—¡Mierda!
TaeHyung y JungKook se sintieron alarmados cuando escucharon esa palabrota viniendo del otro lado de la puerta. TaeHyung la abrió sin querer esperar más, y ambos hermanos se toparon con YoonGi, quien se estaba levantando del pasto, puesto que se había caído de las cuatro gradas que llevaban a la entrada. Ese había sido el resultado de un intento de escape.
—¿Estás bien? —TaeHyung se apresuró en ir hacia él para ayudarlo. No obstante YoonGi se apartó bruscamente.
—¿Qué está pasando con ustedes? —alzó la voz sin siquiera ser consciente de ello—. TaeHyung, ¿tú? —frunció el ceño.
—Baja la voz —pidió en un tono suave, intentando relajarlo.
—¡No me pidas que baje la maldita voz! —gritó frustrado—. Este tipo inicia a volverme loco. Se aparece en mi casa, en mi trabajo, y ahora aquí —resopló—. Vine especialmente para hablar contigo, y lo primero que escucho es a ti y a él hablando sobre esas cosas absurdas de ángeles, el infierno y el diablo.
—YoonGi...
—¿Por qué dices esas cosas sobre SeokJin? —le reclamó—. ¡Es tu novio, maldita sea! ¿Y por qué permites que él diga todo eso? —señaló a JungKook—. ¡¿Por qué demonios le sigues la corriente?!
—Está bien —suspiró rendido, no tenía caso fingir demencia—. Entra a la casa y te diremos todo.
—¿Todo? ¿Te refieres a ese cuento barato de que él es el diablo?
—Entra a la casa —esta vez lo dijo JungKook—. Voy a demostrártelo, solo si prometes que no se lo dirás a nadie más.
—¿Qué vas a hacer? —cuestionó—. ¿Vas a hablar en latín y vas a poseer el cuerpo de alguno de mis amigos —alzó una ceja.
—YoonGi, por favor —insistió TaeHyung.
YoonGi permaneció en silencio por varios segundos. Quería ser orgulloso y rehusarse, pero a decir verdad también quería saber qué estaba pasando realmente. Porque era verdad que no estaba entendiendo absolutamente nada, y eso iniciaba a enloquecerlo.
—Bien —dijo finalmente.
Entró a la casa, empujando un poco a JungKook con el hombro en el proceso. Y por alguna razón, ese acto hizo que el pelinegro sonriera.
YoonGi poseía un no sé qué que llamaba mucho la atención de Luzbel. Lejos de quererlo ayudar, había algo más que YoonGi tenía, pero por más que lo pensara, el pelinegro no podía descifrar qué era eso.
YoonGi definitivamente era un ser humano muy interesante a los ojos del diablo.
Llegaron a la habitación que JungKook utilizaba para dormir. YoonGi se sentó sobre la cama, viendo a los otros dos presentes, expectante. TaeHyung estaba de brazos cruzados apoyado a un lado de la puerta, y JungKook estaba frente a YoonGi a casi dos metros de él.
—¿Y bien? —se alzó de hombros—. Estoy esperando.
—¿En verdad prometes que no se lo dirás a nadie? —preguntó JungKook.
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La Tristesse du Diable ✦ ≪KookGi≫
Fanfic❝Cualquiera pensaría que el diablo disfrutaba de ser él; un ser poderoso, con su propio reino y que gustaba de torturar a los que llegaban a él. Alguien que no sentía pena, empatía, consideración, y que solo le gustaba seducir a los humanos para ll...