OtherLife [Rubegetta]

Nivel 13

Saliva iba y venía entre ambas bocas, labios que se movían con intensidad, con añoranza y deseo que no sabían que tenían antes de tocarse. Rubén hundía sus dedos en aquellos cabellos morenos, Samuel los hundía en su cintura y nuca atrayéndolo más, como si fuera posible la existencia de alguna distancia entre ellos. El rubio se cuestionaba si de alguna forma la droga que podía circular por el sistema de Samuel se transfirió a su ser como para sentirse tan abrumado como estaba.

— Rubius — Susurró en sus labios.

Los besos comenzaron un camino por su mandíbula hasta su cuello, la mano con la que sujetaba su cintura empezó a ascender por dentro de su camisa, dejándole un hormigueo en la piel por dónde sus dedos tocaban. Él solo se dejaba hacer por aquella boca que había comenzado a succionar con voracidad la piel de su cuello arrancándole suspiros.

— Veg... Las marcas — Advirtió siendo completamente ignorado por el otro.

Fue como si le hubiese rogado por hacerle más marcas en la piel en lugar de una advertencia, Samuel le mordió no muy delicado haciéndole pegar un ahogado grito. Le había dolido, sí. Pero, por otra parte, una que no sabía que tenía, le había gustado lo suficiente como para que su cuerpo comenzará a dar indicios de despertar. Estaba seguro que el otro podía ser muy consciente de esto en su abdomen, no se apenó en lo absoluto. Era su culpa que estuviese de aquella forma.

Rubén no quería ser el único que estuviese tan alegre, más si al final de la noche no iban a hacer nada más que eso. Haciendo uso de un suave movimiento de caderas de adelante hacia atrás, comenzó a despertar de a poco esa parte del moreno que estaba justo debajo de su regazo. Sabía cómo moverse, aunque esa fuera la primera vez que lo hacía encima de alguien real, y el ver qué su estrategia funcionaba le elevó el orgullo. No iban a follar y de eso era más que consciente, no deseaba hacerlo con alguien que no estaba en sus 5 sentidos. Pero joder que estaba más caliente que un horno y se negaba a irse a dormir así.

Samuel parecía ya no saber que más apretar o besar, no tenía demasiado a su disposición mientras Rubén siguiera completamente vestido. El rubio no pudo contener la risa sintiendo las torpes manos del moreno tironear de su sudadera para poder sacarla.

— Espera, espera — Pidió entre risas enredado en su propia prenda — Déjame ayudarte.

Se separó de sus intrépidas manos, tomando la sudadera por el comienzo y así retirarla por sobre su cabeza. La prenda aún no había terminado de salir y sintió como empujaban todo su cuerpo hacia la cama, todo el peso del moreno cayendo encima suyo. Retiró la sudadera de su vista, mirándole impresionado. Samuel no parecía saber qué hacer a continuación, poniendo a los lados de su cabeza los brazos para no aplastarle por completo.

— Cálmate, grandote — Ronroneó, acariciando ese fuerte abdomen que estaba encima suyo — Deberías ir a dormir... Deberíamos — Subió los dedos hasta su ombligo — ¿Por qué estás tan... Duro? — Susurró fingiendo un llanto de pesar, su mirada fue mucho más al sur en aquel cuerpo notando lo que tenía guardado bajo esos boxers— Literalmente.

No mintió con respecto al dildo rosa que se había encontrado en su habitación, fue un regalo bromista que sus amigos le habían hecho en un cumpleaños pasado y a pesar de sus inclinaciones nunca se animó a experimentar con algo más grande que un vibrador remoto por temor a hacerse daño. Estaba tan curioso por verlo ¿Sería más pequeño o más grande que aquel dildo? ¿Cómo se sentiría en su tacto? No le veía nada de malo en ayudarle a librar tensión, estaba haciéndose cargo de algo que él había ocasionado.

Lentamente bajó su mano extendida hasta tomarle entre sus dedos. Solo dio un leve apretón con su temblorosa mano, estaba tan cálido bajo su tacto. No retiró su agarre al sentir como el moreno movía sus caderas haciendo que su erección se frotara con la palma de su mano. No era suficiente, sabía que podía sentirse mejor sin la tela de su ropa interior de por medio.