Nivel 38

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Samuel cumplió su promesa, dejó descansar a su amigo toda esa noche sin perturbar su tranquilidad con más preguntas. Aunque ¿Cuál de los dos se había ido a dormir con más caos que calma en su mente?

Al día siguiente Willy ya no pudo seguir manteniendo su escape de la realidad, hubiera preferido seguir durmiendo de saber lo que le esperaba en la sala de estar. Que dios le amparara.

El primer silencio fue incómodo, como no solía ser entre ellos. Luzu lucía neutro y calmado, a la espera de que fuera Willy quien iniciara la explicación. Fargan, sentado a su lado, lucía en cambio un marcado y fruncido entrecejo que parecía haber mantenido desde el día anterior, moviendo en reiteradas ocasiones su pie con impaciencia. Samuel ya había tomado su partido, ahora se sentaría a mediar de ser necesario.

— Solo diles lo que me dijiste anoche — Fue Samuel quien rompió la tensión, animando a Willy para que acabara de una vez por todas con la incertidumbre.

El de ojos rasgados tomó una honda inhalada, asintiendo para darse a sí mismo ánimos. Tal y como había relatado la noche anterior, explicó a ambos castaños lo que podía recordar de lo sucedido: casi nada, para ser exactos. Mantuvo su historia sin realizar mayor cambio en su narrativa, a excepción de detalles específicos que había obviado decirle a Samuel por lo sensible que aún se encontraba al arribar allí; La hora en la que había comenzado a beber, el tipo de cerveza que estaban sirviendo, los pocos mensajes que intercambió con Cristina es anoche.

Las cejas de Fargan se hundían más mientras Willy continuaba hablando, su lenguaje corporal dictaba de lo mucho que se estaba aguantando para no levantarse e interrumpir. Samuel entregó a cada uno una taza de té que previamente había estado preparando, aunque conociendo a Fargan como lo hacía tal vez debió poner tranquilizantes en la suya.

— ¿Vas a usar la carta de la borrachera? — Cuestionó incrédulo, cuando no pudo continuar conteniéndose. Ni siquiera ocultó el escepticismo en sus palabras — De todas las fiestas a las que hemos ido ¿En cuántas has bebido tanto para no recordar nada? ¿Dos o tres? No parecias estar ni borracho en el vídeo, lucías muy estable para estarte ahogando en alcohol.

Tenía un punto, después de todo en el vídeo Willy se veía bastante estable a comparación de las veces que ellos le habían visto ebrio ¿Qué podía decir para refutar su excepticismo? Joder, vaya coñazo.

— Yo tampoco sé cómo explicarlo, Fargan — Aseguró con el corazón en la mano — Pero aunque mis palabras suenan a mentiras, estoy diciendo la verdad — Willy tomó asiento en el sofá individual, agotado. Miró de Fargan a Luzu y de regreso — No espero que me crean, ni les estoy pidiendo que confíen en mí si no lo ven prudente. Podría inventar más cosas para salir librado de esto, pero no veo el por qué mentir. Es que ni yo mismo recuerdo haber tomado tanto para perder el conocimiento.

— ¿Y si tomaste algo que no era tuyo? — Intervino Luzu, pensativo — Como le ocurrió a Samuel aquella vez.

Fargan giró su rostro estupefacto — ¿Le crees las babosadas que está diciendo?

— No he dicho que le creo pero quiero tener todas las posibilidades en la mesa antes de tomar una decisión precipitada — Explicó Luzu.

Fargan bufó, fastidiado. Él también en el fondo estaba esperando que las deducciones que Luzu estaba sacando fueran verdad, le rompería el corazón saber que Willy había podido dañar a Cristina en pleno control de sus facultades. Si tan solo no conociera a Guillermo como lo hacía podría creer lo de la borrachera olvidadiza ¿Pero cómo hacerlo?

— No les he mentido antes, no con algo así de importante. Es verdad que no sé si soy culpable o no, pero estoy seguro que no lo hice estando en mis cinco sentidos — Prometió Willy.

OtherLife [Rubegetta] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora