Nivel 10

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Irina ¿Cómo podía describirla? Una chiquilla muy obsesionada con mostrar y gritar a los cuatro vientos lo muy enamorada que estaba de Rubén. Aun cuando nadie en el lugar está interesado en saber la información, Samuel tuvo que sacar de su arsenal todas las ideas que tenía para deshacerse de alguien. El rubio no se lo dejó nada fácil tampoco, el amor que se tenían y la relación que llevaban era realmente empalagosa o simplemente buscaba cualquier excusa para no quedarse a solas con el moreno. Al final Samuel obtuvo la victoria e Irina terminó dejándoles a solas frente la habitación del rubio, advirtiendo que luego deseaba enterarse de todo con absoluto detalle.

— ¿Qué quieres? — Atacó el otro sin perder el tiempo en cordialidades — Si vienes a por tu dinero invertido, dame tu cuenta de banco y te transfiero lo que sea que hayas donado.

— No vengo por dinero — Respondió, mucho más tranquilo de lo que estaba el otro.

— ¿No? ¿Entonces qué quieres? Mira, tío. No estoy para tonterías, si me vas a estar molestando...

— No estaría aquí de no ser importante, créeme — Cortó su discurso, sonando su garganta para recuperar la compostura — Es un tema que te interesa saber.

Una chispa de curiosidad saltó tras esos ojos verdosos, cruzándose de brazos frente a él esperando que hablara.

— Suéltalo.

— No es algo que pueda decirte aquí — Murmuró algo exasperado — ¿Podemos entrar a tu habitación?

— ¿Para qué me golpees sin testigos? — Alzó una ceja.

— De quererte golpear, no me importaría que hubiesen testigos o no — Amenazó, cruzándose él también de brazos — Es tu decisión si todos se enteran de lo que vengo a decirte respecto a OtherLife.

Los ojos del rubio se abrieron en impresión, yendo a cubrir la boca del otro para que no dijera una palabra más. Sea lo que sea que iba a decirle, con solo la mención del juego aceptó para darle paso a su dormitorio. Samuel se adentró justo luego de que el propietario lo hiciera, sus ojos comienzan a tomar detalle de cada rincón de la habitación.

Estaba algo sorprendido de lo grande que era el lugar, fácilmente el dormitorio que compartían Fargan y Willy entraría en ese, y posiblemente sobraría algo de espacio. A diferencia del taller, no había una gran cantidad de desorden, apenas unos cuantos papeles regados en el suelo junto a la gran cama en el centro.

Más de tres grandes estanterías adornaban de lado a lado las paredes, repletas de cualquier cantidad de muñecos de caricaturas chinas y súper héroes, algunas luces de neón estaban esparcidas por las esquinas del techo raso y una mesa de cristal a un costado suponía era su comedor personal.

Se adentró más en el lugar, notando el par de mesas de noche a cada costado de la cama que llevaban de adorno un par de lámparas de lava azules, debajo de la cama una gran alfombra del mismo color se podía observar y junto a esta una PC con 2 pantallas ¿Era esa la habitación de un niño acaso? Pero de un niño mimado, por lo que podía ver. También había un par de puertas que suponía era un baño privado y la otra quizás un closet.

— ¿Terminaste de husmear en mi habitación? — Comentó Rubén sentado en el borde de su cama.

Se había retirado la sudadera que llevaba, quedando en aquel pantalón holgado y una camisa negra con algún logo que Samuel no reconoció realmente. Para ese momento pudo ver lo delgado y pálido que realmente era el contrario, aunque antes ya había notado su ligeramente espeluznante altura.

— Lo siento — Se disculpó si había incomodado su mirada curiosa a su intimidad — De acuerdo, iré al grano ¿Tienes algún acosador o fan loco tras de ti?

OtherLife [Rubegetta] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora