Nivel 5

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De nuevo en la monotonía de su vida universitaria un lunes por la mañana. En si la universidad no le molestaba, los universitarios posiblemente si. Había llegado temprano, Willy posiblemente no llegaría sino dentro de una hora al igual que Luzu, compartían la misma clase. Fargan seguro también llegaría tarde. Aprovecho para darse un paseo por la oficinas de control estudiantil, solo para pedir una copia de sus notas hasta entonces e ir llevando el control.

Cómo todas las mañanas de los lunes, su teléfono retumbó con un mensaje de Fargan preguntándole donde estaba. Le escribió que le esperara en la entrada de las oficinas.

— Mi Samuel her... ¿Que vergas te ha pasado? — Lo último salió como un jadeo ahogado desde la garganta de Fargan — Te ves fatal... ¿Tan mal están los exámenes finales? Estoy jodido...

Samuel alzo una ceja hacia su castaño amigo, el siempre lucía como un vago y nunca crítico su aspecto.

— ¿De que estás hablando?.

— Tienes unas ojeras de no haber dormido en días.

El moreno tocó la parte de abajo de sus ojos inconcientemente, la noche anterior estuvo dando vueltas en su cama sin poder dormir luego de lo que había pasado entre el y Rubius. El solo recuerdo de esa escena le hizo encoger el estómago. Seguía sin creer lo que había pasado, jamás en toda su vida le contaría eso a nadie. Ni a el mismísimo Willy.

— ¿Samuel?

— No pude dormir anoche, es todo. Kira a estado un poco inquieta estos días por el perro del vecino.

Fargan entrecerró los ojos en su dirección analizando sus gestos. Termino por encogerse de hombros, la mentira que Samuel le había dado parecía muy convincente para él.

— Entiendo, pobre Kira — Concentro su atención en un mensaje entrante de su teléfono — ¿Me acompañas a entregarle un trabajo a mi compañero de laboratorio? ¿O te quedarás aquí a esperar a Willy?

Una rápida mirada a su reloj y nego, aún faltaba más de media hora para que llegaran Willy o Luzu.

— No, iré contigo — Se encogió de hombros, no es como que tuviese algo mejor que hacer.

Caminaron juntos fuera de las oficinas y hacia la plaza principal de la universidad, a esas horas estaba tan concurrido que debías tener cuidado si deseabas caminar por el césped ya que podrías pisar a cualquiera que estuviese haciendo de vago allí. Estudiantes de arte, en su mayoría. Apenas ese pensamiento llegó a la mente de Samuel, Fargan ya se estaba dirigiendo a uno de esos grupos. Ahora entendía el porque Fargan reprobaba siempre, si se juntaba cuando no estaba con ellos con personas así.

Dejo que Fargan se acercará mientras él le esperaba algunos pasos más atrás, cuál si tuvieran alguna peste que le pudieran contagiar.

— ¡Fargan! — Un regordete chico se levantó a saludar con efusividad a su amigo.

— Rogelio, Rogelio — Fargan palmeo su mejilla — Vine a entregarte el pendrive con mi parte del trabajo.

No sabía si fue impresión suya, más cuando los ojos del tal Rogelio se posaron sobre si pudo sentir un cambio tosco en su mirada atraves de esos lentes que llevaba. No le era raro, teniendo en cuenta que solía caerle mal a muchas personas. Solo se cruzó de brazos, esperando.

— Ah, ya. Si. Dámelo.

Samuel dejo de poner atención a la conversación, entreteniendose en pasar su mirada por sobre las personas que se encontraban con él. Unas tres chicas, no mucho más jóvenes que él, compartían un desayuno de forma animada mientras conversaban sobre algún tipo de exposición que se daría pronto en el auditorio de la universidad. Por la corneta de uno de sus teléfonos se escuchaba alguna canción que no conocía, una mala canción por cierto.

OtherLife [Rubegetta] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora