Nivel 20

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— Mírame, solo mírame — Tomo las manos del contrario, apretando suavemente mientras con su pulgar acariciaba el dorso de su mano — No importa lo que salga, estoy muy orgulloso del esfuerzo que pusimos para llegar hasta aquí.

— Es nuestra última oportunidad — Murmuro — ¿Que si no sale como esperamos?

— Lo intentamos y eso es lo que importa.

— A la cuenta de tres — Asíntio el contrario de acuerdo — Uno...

— Dos...

— Tres! — Exclamaron al unisono, volteando la carta para poder observala.

— Un Scyther ¿En serio? Ya tenemos 4 — Jadeo Fargan, recostandose en la grada de madera, cubriendo su rostro con ambas manos — Dios ¿Cuál fue el mal que yo hice? ¡No te pido mucho! Y al final siempre me decepcionas.

— Ya... Bueno, al menos conseguimos un par nuevo en este paquete — Murmuro Luzu, acariciando su rodilla para darle algo de apoyo — Algún día tendremos ese Pikachu.

Samuel les miro de reojo desde su lugar, volteando los ojos y regresando a su tablet para continuar con su estudio. Los tres se había reunido en las canchas para tener un tiempo que se suponía era de estudio ya que se encontraban libres de clases por unas horas, Samuel era el único que decidió dedicar el rato a los estudios mientras veía como sus amigos perdían el tiempo en llorar a barajas coleccionables como si fueran un par de niños aún ¿Cuando pensaban madurar?

Fargan se levantó de su lugar, su rostro se veía decidido a realizar algún tipo de azaña en la cual necesitaría toda su valentía y determinación. Asintió hacia la nada y resopló fuerte, mirando hacia Luzu.

— Se de alguien que buscaba un Scyther, creo que podemos quitarle un par de cartas de su mazo repetido. Déjalo en mis manos, yo muevo mis contactos — Aseguro, tomando la dichosa carta y guardando la en su bolsillo con cuidado de dañarla.

Luzu abrió la carpeta donde guardaban las cartas, colocando en su lugar las dos nuevas que tenían.

— No te dejes engañar está vez, el último cambio que hiciste fue una total mierda — Recordó.

— Estuve investigando más estos días y puli mis puntos débiles, ya nadie podrá engañarme.

— Ojalá usarás esa capacidad que tienes para almacenar información inútil en tus estudios, serías el más dotado de la universidad — Murmuro Samuel, paseando el dedo por la pantalla de su tablet para pasar la información.

— No tienes idea de lo que hablas ¿Sabes cuánto cuesta una sola de estás cartas? Luzu tiene en sus manos oro puro.

— Si, lo que digan — Respondió de vuelta sin prestar real atención.

Luzu simplemente ignoro sus peleas, admirando lo bien que se veían sus nuevas adquisiciones en sus lugares. Fanaticos, pensó Samuel. Nisiquiera podían sacarle provecho como a un juego, solo era para colección ¿Luego que?

Un reflejo dorado desde la lejanía llegó al rabillo de sus ojos y su mirada de alzo de la tablet en movimiento reflejo. Una rubia iba caminando en la lejanía de las canchas a paso veloz, en su brazos llevaba algunos cuadernos y su semblante se veía preocupado. Dejo salir el aire y regreso la mirada a la pantalla decepcionado ¿Decepcionado? Otro reflejo le hizo alzar la mirada otra vez, un estudiante rubio se adentraba a la cancha con sus amigos con motivos de iniciar algún entrenamiento de atletismo. No lo había notado pero desde ese punto en las gradas podía ser conciente de todos los alumnos que pasaban hacia las aulas desde sus dormitorios y hasta tenía vista de parte de la zona verde de la facultad de artes. No había escogido ese lugar por estrategia de algún tipo, fue simple coincidencia.

OtherLife [Rubegetta] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora