Nivel 11

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— Eso es chantaje — Soltó un bufido indignado.

— No es chantaje, es motivación. Nos habías prometido que irías a esta fiesta, Samuel.

— ¿Yo? Yo no prometí nada, Fargan.

— Si lo hiciste.

Samuel miró hacia Willy y Luzu, esperando que le ayudaran. Ninguno de los dos parecía tener la más mínima intención de formar parte de la conversación entre aquellos dos, ignorando adrede la mirada suplicante del moreno.

— ¿Quieres saber quién me dio el demo? Ve a la fiesta. No cambiaré de opinión — Se cruzó de brazos, manteniéndose firme ante el más alto.

Apretó los labios en una fina línea. En serio terminaría yendo a una fiesta solo por conseguir una información que debía dársela gratis, se suponía que eran amigos. No entendía cuál era la obsesión que los otros tres tenían con sacarlo a fiestas y clubes, más cuando tenía nulo tiempo para perder. Tenía más de una hora intentando convencer a Fargan de que le diera la información que pedía, pero parecía que no estaba dispuesto ese día a caer en las redes del moreno.

— Vale, iré. Ahora dime quién te dio el demo.

— Na, na, na — Movió un dedo delante de su rostro — Nada de eso, te lo diré luego de la fiesta. No creas que no te conozco, si te lo digo ahora no irás.

— ¿No confías en mí palabra?

— No — Mostró sus dientes en una amplia sonrisa — Iremos todos en el auto de Willy, pasaremos por ti a las 9, princesa.

— Quita esa cara de muerto, Sam. Te lo mereces por mentirme ayer con mi aniversario — Willy palmeó su hombro, Samuel solo le regresó una mirada de pocos amigos.

— Será la primera fiesta que irás con nosotros en un largo tiempo, no seas amargado — Luzu miró hacia su teléfono, respondiendo algún mensaje.

No estaba siendo un amargado, él no se consideraba uno. Más el hecho de pensar el tipo de personas que seguro asistirían a esa fiesta le causaba migraña, puro idiota que estudiaba en la universidad. Al menos cuando iba a clubs podía tener la certeza de que  alguna persona le podía parecer interesante, aunque sea para mantener una conversación mientras sus amigos se emborrachaban.

— ¿Tienes más clases Luzu?

— No, pensaba irme ya para adelantar un trabajo y alistarme para la fiesta — Respondió a Willy sin despegar la vista de su móvil.

— Que suerte la de algunos, yo aún tengo un par antes de irme — Fargan cruzo una mueca de desagrado.














Vestirse no le proporcionaba ningún problema, a su parecer tenía buenos gustos para la ropa. Una camisa blanca sin estampados, un pantalón negro, un par de zapatos del mismo color que su camisa y un suéter para el frío. Decidió no afeitar aquella sombra de barba que ya se asomaba por sus mejillas, dudaba que alguien fuese a notar ese detalle, a decir verdad.

No le disgustaba salir con sus amigos, aunque eso pareciera, le agradaba el poder convivir con ellos. Su problema era el resto de personas que irían, y que seguramente sus amigos le dejarían solo para ir a con sus conquistas de la noche. Pero tenía que ir, debía sacarle toda la información a Fargan y esa era la única condición que le ponía.

Su teléfono replicó en llamada y al instante escuchó una corneta de auto fuera de su casa. Miró el reloj, las nueve en punto. Vaya, la única manera de que fueran puntuales era para ir a una fiesta. El ronroneo de Kira contra su pierna le hizo bajar la mirada, la gatita parecía querer ir a dormir ya. Estiró su mano hasta llegar a la cabecita de la minina, acariciando detrás de sus orejas.

OtherLife [Rubegetta] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora