Nivel 36

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—  Portero — Repitió Willy.

— Suplente — Completó Luzu.

Fargan parpadeó en más ocasiones de las necesarias, procesando la información que seguía sin ser del todo clara para su limitada rapidez mental. Ese chico ante él, pálido y ojeroso, su amigo era él mismo.

— Entonces — Arrastró la palabra entre sus dientes, dudoso — ¿Te aceptaron en el equipo?

— Justo así — Asintió.

Luzu no se molestó por las expresiones aún incredulas en los rostros de sus amigos, comprendía muy bien lo que podían estar pensando y no se sentía menospreciado en lo absoluto. Él mismo se habría reído de sus pensamientos si hubiese imaginado que podría entrar al equipo de fútbol en un futuro.

Fargan giró hacia Samuel en busca de una opinión al respecto, el moreno llevaba en su rostro una expresión difícil de descifrar. Regresó la atención a su amigo, colocando una mano sobre su hombro.

— Luzu, como amigos que somos tengo que serte sincero — Detuvo su caminar, tomándolo por ambos hombros ahora, colocándose frente a frente con él — Los partidos de la liga comienzan la semana que viene, un atleta no se crea de la noche a la mañana y tú, mi pequeñito, eres un asco en fútbol ¿Lo sabes, no? En cualquier deporte que exista, para ser exactos.

El aludido soltó una risita lastimosa, apretando una sonrisa. No podía sentirse atacado con sus sinceras palabras, no estaba mintiendo después de todo.

— Lo sé — Admitió con nerviosismo, mordisqueando el interior de su mejilla — Pero es algo que en serio quiero intentar. Si no resulta como lo espero, puedo simplemente dejarlo ¿No? Al menos no me quedaré con la duda.

— Te van a matar las gradas si jodes un partido, Luzu — Fargan zarandeó el cuerpo de Luzu de adelante hacia atrás con exagerada preocupación, fingiendo llanto por el futuro funeral de su mejor amigo.

En su mente ya podía ver el panorama: Luzu frente a la portería, un penalti decisivo, Luzu resbalando en el césped por dejar sus agujetas desatadas, pierde el equipo y la multitud abalanzándose en su contra para descuartizarlo.

— Tranquilo, Fargan. Vas a hacer que Luzu se desmaye — Willy separó al pobre chico de las manos de su amigo, el rostro del futbolista en proceso se encontraba pálido y sudoroso, presa del nervios causado por las premoniciones de Fargan — No te preocupes, sabes que es un exagerado. Nada tiene por qué salir mal, si entrenas mucho podrás dar lo mejor de ti — Ánimo.

— Es portero suplente, es posible que ni siquiera juegue — Tranquilizó Samuel.

Fargan asintió dándole la razón mientras Willy dedicaba al pelinegro una mirada en reproche, Luzu solo pudo suspirar mientras evitaba reír por su desgracia y el torpe intento de sus amigos por darle ánimos. Willy esbozo una amplia sonrisa, apretando su brazo de forma reconfortante.

— Lo harás bien.

— Mira lo que te quiero que iré a ver un partido de fútbol por ti — Fargan respiró hondo, cansado de cargar con el peso de ser un buen amigo — Valórame.

Luzu dejó salir su tensa risa — Está bien, no tienen que ir al partido — Acomodó el bolso a su espalda — Sam tiene razón, soy suplente. Es seguro que no jugaré.

El sonido de las voces comenzó a hacerse más alto y seguido, los alumnos que salían de sus clases ya comenzaban a abandonar los edificios. Algunos a sus horas de descanso, otros en busca de sus libros para la siguiente clase. Los cuatro retomaron su camino hacia las mesas de descanso, recién habían salido de su clase de matemáticas y tenían una hora libre.

OtherLife [Rubegetta] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora