Nivel 55

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Abrió los ojos con toda la prisa que su cuerpo podía tener, apenas con unas pocas horas de sueño que el maratón de películas le había permitido tomar. El sol impactaba directamente con su rostro, con las cortinas corridas de par en par y las ventanas abiertas ¿No las había cerrado anoche? Se empujó hasta quedar sentado, frotándose uno de sus ojos mientras con el otro intentaba enfocar su alrededor para saber en dónde estaba, aún si sabía que se trataba de su habitación.

Observó hacia el lado contrario de la cama que se encontraba vacío, moviendo su cabeza hasta dar con la figura que había estado buscando. El pelinegro vistiendo aún el pijama, se encontraba sentado en el escritorio desordenado de su habitación concentrado en escribir en su libreta.

— ¿Qué hora es? — Cuestionó adormilado.

— Las 6.

Frunció su entrecejo yendo a corroborar la información en el reloj de la pared ¿Desde qué hora estaba despierto? ¿Y haciendo qué? Su cuestión quedó para sí, la puerta de su habitación se abrió de golpe y atrás ves de ella apareció la figura de autoridad. La mujer de largos cabellos negros vestida con ropas coloridas y cómodas, observó de uno a otro con su entrecejo marcado.

— ¿Qué hora creen que es? A ducharse y vestirse — Ordenó con severidad, pasando hacia la habitación sin cuestionar permiso — Guillermo, sal ya de la cama.

Willy saltó de la cama de inmediato, corriendo al baño antes de despertar la cólera de la mujer. Samuel en cambio se mantuvo sereno, saludando con una pequeña sonrisa a la mujer mientras se colocaba de pie para guardar la libreta dentro de su bolso.

— Buenos días, Señora Díaz. Yo ya me bañé.

La mirada de la morena se volvió más cálida hacia el pre-adolescente, colocando sus brazos en jarra sobre su cadera.

— Sabía que estabas despierto, te escuché ¿Hacías tarea?

El menor asintió. La mujer se acercó hasta el closet de su hijo, abriendo las puertas de par en par para buscar ropa limpia que se pudiera colocar. Dejando no solo un conjunto de ropa sobre su cama sino un segundo conjunto que dejó cerca del lado donde el otro menor se encontraba ordenando su bolso.

— No te vas a ir con la ropa de ayer — Advirtió antes de que Samuel se negara a su ofrecimiento, dando por finalizado su punto — Iré a terminar el desayuno, te encargo que Guillermo esté listo a tiempo.

Y con eso salió del cuarto para permitir que el menor se cambiara en privacidad, corriendo a bajar de la estufa el arroz del almuerzo. Samuel tomó la camisa azul marino que había dejado fuera para él, colocándose la prenda contra su voluntad pero sabiendo que no lo dejaría salir de la casa a menos que cumpliera su petición. Con el pantalón no pudo hacer mucho, colocándose de vuelta el que había llevado pues el de Willy le quedaba un poco pequeño.

— ¿Estabas haciendo la tarea de Español?

Willy salió desde el interior del baño utilizando una toalla al rededor de su cintura, secando su cabello con otra. Samuel desvió la vista en cuanto la toalla desapareció de su cuerpo, concentrándose en ordenar la cama mientras el otro se vestía.

— Sí, la que tú no has hecho.

— ¿Cuál es el apuro? Es para el lunes.

— Es para hoy — Corrigió.

El de ojos rasgados se giró con una sorprendida expresión en su rostro — ¿Me la vas a prestar, cierto?

Samuel entrecerró sus ojos con reproche hacia su irresponsable amigo, no negándose a su petición y tampoco aceptándola. Willy esbozó una sonrisa sabiendo que de todas formas terminaría dándole sus apuntes y satisfecho por eso continuó vistiéndose. Ambos jóvenes terminaron de alistarse en el menor tiempo posible, apresurándose a salir rumbo al comedor en cuanto otro llamado de la mamá de Willy llegó a sus oídos.

OtherLife [Rubegetta] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora