Nivel 54

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— ¿Eso qué es?

Con los brazos apoyados sobre la mesa y los pies en puntas se ayudó para poder ver el cuadro sobre la mesa, de ojos abiertos y expectantes mientras el hombre acomodaba sus lentes inspeccionando la obra.

— Mamá — Respondió obvio, señalando — Es su vestido.

Las cejas pobladas de canas se alzaron por sobre los lentes, comprendiendo ahora de qué se trataba la imagen que en un comienzo no tenía forma alguna. Su sonrisa fue complicada, regresando el cuadro al menor.

— Sí, le va a encantar — Aseguró en un marcado sarcasmo, demasiado complejo para el entendimiento del niño que vio en sus palabras la seguridad para girar y salir a toda velocidad de la habitación — ¡No corras!

Solo al escuchar el grito ralentizó su paso, dando largas zancadas que aunque iban rápido seguía siendo caminar. Sus nervios iban creciendo conforme más se acercaba a la tenebrosa puerta, una bestia de gran boca que amenazaba con tragarlo. El pomo estaba más arriba que cualquiera de las otras puertas de la casa, aún así solo tenía que estirarse un poco más para poder alcanzarlo.

Asomó la cabeza hacia el interior antes de animarse a entrar, quedando junto a la puerta a la espera de que la alta figura femenina más allá del escritorio notara su presencia. Se encontraba con el seño fruncido, manteniendo una conversación por su móvil que parecía ser importante. La mujer notó al niño poco después, continuando con su charla mientras con un movimiento de su mano le indicaba que se acercara.

— Los anuncios tienen que salir esta semana. No, no me importa que tengas que hacer. Debiste pensar en eso hace meses — Respiró con fuerza, apretando el puente de su nariz — Despide a quien tengas que despedir, esos anuncios salen a más tardar el sábado si no quieres que tu cargo sea el disponible. Te dejo, no me llames hasta tener respuestas.

Cortó una vez finalizadas sus palabras, sin dar tiempo a respuestas de parte del interlocutor víctima de su molestia. Su fruncido seño se relajó hacia una desinteresada expresión, centrando su atención total en el pequeño que esperaba firme más allá de su escritorio.

— ¿Ya están listas tus calificaciones? — Cuestionó pasando de noruego a un perfecto inglés, tomándole al menor un par de minutos formular sus palabras antes de responder en el mismo inglés.

— La maestra envió una nota para que pasen a retirarlas mañana.

Su afilada mirada ojeó la agenda, chasqueando su lengua — ¿Hora?

— Desde las 12 del medio día hasta mi hora de salida.

Hizo una mueca no muy convencida en sus labios de color carmín, sacudiendo su camisa de seda blanca para asegurarse de que estuviera en perfecto estado, aún si solo el pequeño se encontraba mirándole.

— ¿Hiciste tu tarea de Español?

— El tutor no dejó tarea esta semana — Respondió de la misma forma en español, seguro en haber pronunciado bien la frase que previamente había aprendido en caso de ser cuestionado al respecto.

La castaña mujer se vio satisfecha por su pronta e impecable respuesta, ahora notando lo que apretaba entre sus brazos.

— ¿Qué llevas allí?

Aliviado de que volviera a hablar en noruego, se acercó para dejar el cuadro sobre la mesa. Observó ansioso como la afilada mirada color esmeralda recorría su obra, elevando una de sus cejas en una pregunta silenciosa.

— El fin de semana será el día de las madres y la maestra nos dejó de tarea hacer un presente — Explicó jugando con sus dedos — No quería hacerlo con acuarela así que la maestra me enseñó a usar óleo.

OtherLife [Rubegetta] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora