Nivel 34

4.1K 432 596
                                    

Nada como despertar con el sonido de mensajes entrantes y constantes, claro que sí. Sus ojos entrecerrados lograron leer alguno de los textos, su vista de recién levantado apenas enfocaba dos palabras seguidas. En el grupo de WhatsApp de sus clases habían varios informes sobre la reunión especial de la tarde, sus clases pautadas para esa hora canceladas, como lo suponía

Bostezó, dejando el móvil boca abajo en el colchón, enterrando el rostro en la almohada esperando conciliar de nuevo el sueño. Apenas tendría una única clase por la cual preocuparse, el resto del día lo tendría libre, si es que no asistía a la reunión. Podría completar ese juego que aún no se había pasado, o tal vez entrar a OtherLife un rato para cambiar los outfits obsoletos que tenía en su inventario. Planificar una siguiente coreografía, ordenar un poco su habitación. No, eso último no le apetecía.

Abrió de vuelta sus ojos, observando las figuras de acción en su repisa. Samuel seguro asistiría, no le cabía duda. Es de los pocos que prestaría atención a todo lo que el rector fuera a decir, aún si era información repetida o de poca importancia. De no asistir ¿En qué invertiría el tiempo libre? Estudiar, ni siquiera tuvo que pensarlo demasiado para que la respuesta obvia se le viniera a la cabeza.

Cerró sus ojos. Se le hacía interesante pensar en el mayor en otras situaciones que se salieran de lo convencional. En unos bolos, por ejemplo ¿Cómo sería su actitud en una tarde de picnic? ¿Tendría temas de conversación o solo estaría en silencio hasta regresar a su casa? Imaginar solo un paseo común por alguna avenida se le hacía curiosamente interesante. Este día sin estudio podría ser el momento perfecto para saciar su curiosidad  ¿Pero cómo podría conseguirlo? Samuel seguro se negaría a cualquier intento de su parte por sacarlo de su casa.

Abrió los ojos y tomó de nuevo el teléfono, buscando entre sus contactos. Apretó el botón de llamar y colocó el móvil sobre su oreja, escuchando los pitidos al otro lado.

— ¿Mjum? — Se escuchó del otro lado de la llamada.

— ¡Eh! Fargan — Saludó alegre, metiendo su brazo libre tras su cabeza — Es Rubén.

— ¿Rubén? Oh, si. Si. Rubén ¿Cómo estás, tío? — Murmuró adormilado desde el otro lado. Su voz se escuchaba alta como si apretara el micrófono contra su boca.

— Estoy bien ¿Tu qué tal? Lamento haberte despertado.

— Está bien, igual tenía que levantarme — Tranquilizó, bostezando después — ¿Qué sucede?

— Bueno — Se removió en la cama — Quería saber si vas a ir a la reunión de hoy con el rector.

Otro bostezo se escuchó más allá.

— Van a dar créditos por la asistencia, unos créditos nunca vienen mal así que sí iré ¿Por qué?

Volteó los ojos, su plan se iba a la mierda.

— Oh, ya veo. Es que yo no voy a ir y quería hacer planes para la tarde.

— ¿Planes? — El tono adormilado de su voz desapareció — ¿Qué tienes pensado?

— No lo sé — Admitió — Tal vez ir al centro comercial, el cine o hasta al karaoke.

Escuchó del otro lado movimiento, el rechinar de los resortes del colchón bajo el peso de Fargan.

— Estoy dentro, el par de créditos lo puedo conseguir con otros trabajos — Aceptó.

— Perfecto — Celebró, incorporándose en la cama — Podrías decirle a los demás si quieren ir también. Ya sabes, a Luzu, Willy y Sam.

— Claro, sí. Yo los llamo en cuanto cuelgues, te aviso cuando tenga respuestas de los tres. Aunque, te aviso, no cuentes con Samuel. Para sacarlo de su casa hace falta reservar una cita con años de anticipación.

OtherLife [Rubegetta] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora