OtherLife [Rubegetta]

Nivel 61

Estar enamorado por primera vez se podía comparar con estar subido en una montaña rusa, en la montaña rusa mas grande del mundo cuyo último mantenimiento fue la vez que la construyeron. Con los asientos sin cinturones de seguridad pero con una vista hermosa cada que subías hasta lo más alto de las curvas. Sí, como estar en una montaña rusa teniendo fobia a las alturas.

Sin saber qué sentimiento predomina en tu corazón entre el miedo, la felicidad, la adrenalina, la anticipación y la ansiedad. Es tan abrumador pero lo hacía sentir tan vivo, podría acostumbrarse al temblor que recorría su piel a causa de tantas emociones descontroladas juntas y a las sonrisas inexplicables que en ocasiones formaba en sus labios sin darse cuenta. Siendo lo suficientemente egoísta para sobre poner esa pequeña felicidad por sobre las circunstancias horribles que aún los rodeaba, prevaleciendo sus sentimientos por sobre cualquier otro más allá de su burbuja.

Entonces ¿Por qué?

¿Fue el haber roto su poster favorito? ¿O cuando mezcló de forma errónea el óleo dañando la pintura? ¿Es a causa de lo mal que amaneció su cabello esa mañana? ¿Tal vez ese pequeño empujón que le dieron al salir del taller? ¿O quizás esas llamadas perdidas de su madre que no se atrevió a contestar? ¿Cuándo pasó? ¿Cuál fue la causa?

No dejaba de pensar, de buscar el momento exacto en dónde todo se había ido a la mierda. El segundo exacto en dónde todos esos sentimientos abrumadores se habían esfumado dejando atrás un agobiante vacío en su estómago. No estaba menos enamorado que ayer ni había ocurrido un gran suceso desde esta mañana ¿Por qué?

Desearía poder afirmar que ese sentimiento de vacío interno era completamente desconocido para él más ese no era el caso, estaba más familiarizado con aquella penumbra emocional más de lo que podía admitir en voz alta y no se sentía orgulloso por ello. Más hasta ahora nunca había tenido la necesidad de cuestionarse el motivo de esa desconexión, menos ahora cuando todo parecía estar yendo mejor que en cualquier mes de ese caótico año. Ni el palpitar en su pecho fue igual cuando se vio bajo la presencia del imponente estudiante de ingeniería,  tocando su brazo de manera disimulada en unas cuantas ocasiones para asegurarse de que estaba despierto y no dentro de una abrumadora pesadilla.

Odiaba ese vacío, estar carente de las emociones que sabía si sentía. Un espectador observando el mundo moverse a su alrededor a través de una pantalla de cristal, los sonidos lejanos en eco retumbando en contra de las paredes de sus vacíos pensamientos. Hasta la culpa lo invadía con esbozar esa pequeña sonrisa durante toda la conversación que apenas estubo escuchando.

La brisa fría se adentró bajo la tela de su sudadera causando que se estremeciera, debió colocarse una mas gruesa antes de salir de su habitación. Prestó atención de vuelta al moreno sintiendo el toque en su brazo, moviendo su nariz en señal de pregunta.

— ¿Y Fargan? — Cuestionó entonces al darse cuenta que el castaño no estaba junto a ellos.

— Se despidió hace más de 5 minutos — Respondió Samuel escrutandolo con la mirada — ¿Estás bien? Estás muy callado.

Alzó las cejas sorprendido, desestimando su pregunta con una sacudida de su mano — Estoy cargado de trabajos y tengo la mente en otro lado — Explicó — ¿El show será entonces a las 8? Tengo que acordarme de mandar la solicitud para mi lugar, no me suele gustar cuando me toca estar hasta el fondo.

Bajó la mirada hacia el agarre en su brazo, su mal intento de cambio de tema se quedó atorado en su garganta. Se quedó en silencio bajo la mirada de Samuel, desviando su propia vista sintiendo que el moreno terminaría por leer sus pensamientos más oscuros.

— No estás temblando — Comentó, bajando su agarre por el antebrazo hasta su muñeca.

Rubén tragó en seco, intentando retirar el agarre de forma sutil — Estás sobre pensando — Aseguró para tranquilizarlo.