Capítulo 18

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Derek

Estaba sorprendido, en verdad Jack estaba en mi manada. Ahora que caigo cuando él llegó junto a unos cuantos más se comportaba como un líder, como si supiera que hacer a la perfección en casos como ese.

Nunca lo vi gritar en ningún momento y aunque su aura reflectia tristeza, nunca lo vi llorar frente a mi. Su personalidad siempre fue tranquila, nunca gritaba a nadie o le faltaba el respeto, por lo que cuando lo vi gritar de esa manera me sorprendió, pero comprendo que és porque quiere mucho a mi Luna.

Luego de esperar un rato conteniendo a mi lobo para que no atacará a Jack por abrazar a mi Luna ya que comprendía la situación, no lo soporte más y lo aleje de ella.

— Es mía – dije más rudo de lo que quería.

— No me digas que es tu mate, prima – le pregunto sorprendido.

— Por lo visto sí – medio susurro.

— ¿ Ya te has transformado ? – ella negó con la cabeza – Entonces, ¿ como lo sabés ?

— En pocas palabras mi loba me lo dijo tras unos susesos – dijo más alto que antes dejándolo confundido.

— Espera un momento, eso no debería ser posible, hasta la transformación no deberías poder hablar con tú loba. Me debéis una explicación, porque no entiendo nada – les dijo eso último los padres de mi Luna– Ah, y por cierto ¿ este es el pequeño Julio ? – dijo señalando al susodicho.

— Así es, aunque ya no es tan pequeño como la última vez que lo viste hace trece años.

— Es verdad, ya no le podré llamar pequeño Julio cómo antes. De todos modos ¿ como has estado ? Aunque no me debes recordar. Espero que hayas cuidado bien de mi prima.

— Espera, ese modo de llamarme que has dicho... Acaso eres ese Jack el que siempre que venía y a mi padre le tocaba cocinar se inventaba alguna excusa para no quedarse a cenar. Tío no me puedes culpar por tardar en recordarte en ese entonces tenía seis años.

— Julio, eso tenía que quedar entre nosotros ¿ recuerdas ? Además no puedes culparme, su comida parecía veneno, espero que haya mejorado – susurro con la esperanza de que Alberto no lo escuchará.

Pero fue en vano ya que nuestro oido esta muy desenvolupado  y él lo sabe.

— Así que por eso nunca te quedabas cuando yo cocinaba, he. Bueno no pasa nada me pagarás todas las veces que te excusas te de una sola – lo vi tragar duro al saber que esta vez no se podrá escapar.

Y aunque no tengo idea de como debe ser su cocina, por lo que ha dicho ya me compadezco de él, a la vez que intento contener la risa y tal parece que no soy el único, excepto Jack todos estamos de la misma manera.

— Bueno, ya tendréis tiempo vosotros dos, aunque papa debes admitir que lo que dicen es verdad, sin ofender, tu comida es horrible. – él parece ofenderse ante las palabras de su hija – Ahora tenemos que contarle toda la historia que no es corta la verdad. Además si teníais tanta prisa por saber si estaba aquí o no a pesar de las circunstancias debe ser por algún motivo, verdad.

— Verdad, vamos a contarle, pero no penséis que me olvidé de lo que habéis dicho acerca de mi comida. Alpha Derek, ¿ nos puedes llevar a algún lugar para hablar más tranquilos ?

Los llevé a mi despacho para poder hablar más tranquilos.
Allí le explicaron todo, desde los recuerdos de mi Luna recuperados, las visitas que Ayla a tenido con nuestra Diosa, hasta que Julio y yo somos dos de sus guerreros mostrándole la marca para que se lo creyese y informándole de como lo supimos.

— Muy bien, ahora ya lo entiendo todo y si no me equivoco queréis que la ayude con todo esto, aunque no sea uno de sus guerreros como me hubiera gustado, lo haré, al fin y al cabo quería hacerlo así que no hay ningún problema.

— Así és, sabemos que Tom te contó muchas cosas sobre lo que tendría que hacer y de ella. Por eso me gustaría que la ayudarás, me hubiera gustado que fueras uno de sus guerreros pero no ha sido el caso y puede ser que por eso no puedas estar siempre a su lado. Pero al menos me gustaría que la ayudarás en la distancia.

— Claro, no hay problema sabes que haría cualquier cosa por ayudar a mi primita. Por cierto, ¿ cómo quieres que te llame ? Ayla o Diana. ¿ Con que nombre te sientes más cómoda ? Aunque cuando sea necesario tendrás que usar el nombre de Diana, pero por el resto del tiempo puedo llamarte por el que quieras – dice eso último mirando a mi Luna.

— Ayla, me siento más cómoda con ese.

— Pues te llamaré Ayla.

De golpe veo como se encoje y se retuerce en el piso. No me digas que...

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Una guardiana como LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora