Capítulo 58

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Ayla POV:

Monstruo... monstruo... monstruo...

Aquellas horripilantes voz no se callaban por mucho que se lo pidiera. Lo único que hacían era repetir una y otra vez sin cesar lo mismo. 

¿Dónde esta la salida? Todo lo que veo a mi alrededor es una densa neblina y todo de siluetas que se van desvaneciendo y apareciendo a medido que paso entre ellas . Si intento tocarlas para averiguar quien es, lo único que encueto es  vacío como si nunca hubiera habido alguien allí pero a la que me aparto vuelve a aparecer, repitiendo una y otra vez junto a las demás: monstruo... monstruo...

— ¡Silencio! ¡Parad ya!  

No me importa quien sea, que alguien me ayude, por favor. Ya no lo soporto más que alguien me saque de aquí...

— Hija... Hija... Diana...

— Luna, ¿eres tú?

— Así es, cariño. Todo estará bien confía en mi.

Tras esas palabras me envuelve una brillante luz obligándome a cerrar los ojos. Al abrirlos me encuentro nuevamente en ese lago junto a la cascada de la otra vez con ella en la orilla. No lo pienso dos veces antes de lanzarme a sus brazos a llorar.

— Ssssh, tranquila, ya paso mi niña, ya paso. - Susurra correspondiendo el abrazo. 

Permanecemos un rato así asta que consigo calmarme.

— Luna, ¿crees que sea cierto que en el fondo no soy más que un monstruo? 

— ¿Tú que piensas?

— Realmente no se que pensar, si me lo preguntaran seguramente diría que sí pero me gustaría escuchar tu respuesta.

— Hija, no existe ningún monstruo que sea capaz de describirse a él mismo como a uno.  Por eso no hay forma que tú puedas ser uno. Pero no importa lo que piense yo si tú piensas que lo eres.

— Pero...

— Ya se lo que hiciste, hija, lo he visto. Es verdad que no has utilizado tus dones de la mejor manera, pero todos cometemos errores. Lo importante es que tú hayas reconocido cual ha sido el tuyo y no vuelvas a cometerlo. Solo recuerda: no hay nadie que sea perfecto, por eso existen los errores, para aprender de ellos. - Luego de ofrecerme una sonrisa añade. - Ahora, déjame presentarte a alguien. 

— ¿A quién?

— Seguramente no lo recordarás pero él lleva mucho tiempo esperando para volver a verte.

Seguido de sus palabras, la silueta de un hombre aparece al fondo del lago aproximándose poco a poco rebelando la figura de un hombre corpulento, cabello negro, ojos grises y de una apariencia como de treinta y cinco años. Una vez que estamos cara a cara,  siento un dolor de cabeza horrible en la cabeza obligándome a cerrar los ojos. Al hacerlo, la imagen de aquel hombre al que era incapaz de ponerle un rostro me aparece y los recuerdos que tenia estancados empiezan a fluir a cantaros.

— Papa...

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Aquí finaliza el capítulo de hoy.

¿Qué os ha parecido?

¿Qué creéis que ocurrirá en el próximo capítulo?

Sigue leyendo para descubrirlo.😘😘

Ya quedan pocos capítulos para terminarla. No creo que llegue ni ha los diez así que aprovechar al máximo lo que nos queda.


Una guardiana como LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora