Capítulo 1

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||14 de abril 2020||

Aunque técnicamente los vampiros no duermen, pero descansan en ataúdes con tierra de su hogar para recuperar fuerzas y poderes a excepción de mí, hoy es un nuevo día. Que nadie haga preguntas estúpidas de por qué pasa eso, porque no tengo idea.

Suspiro con falsa nostalgia, viajando en mis recuerdos. Sigo recordando el día en el que mis padres me confesaron ser vampiros hace 125 años, cumplí 18 y me convirtieron en un vampiro completo. Este año tendré 130 años, y desde entonces, apenas y me han dejado convivir con el mundo exterior. Qué pesados.

El resumen de la historia es esta: Mi madre era una mortal, conoció a mi padre, se "enamoraron" y me tuvieron. Wuju, yupi. Noten el sarcasmo. Por cierto, dato curioso de los vampiros: solo así podemos reproducirnos fuera de la ya conocida mordida y ritual.

Nací como mortal en 1890 con una que otra habilidad sobrenatural. Imagínense, a mis 4 años ya podía hipnotizar a cualquiera: todos los maestros haciéndose pipí, comportándose como focas, fue muy gracioso. O también cuando provoqué una invasión de ratas que mordieron el cabello de las niñas; aunque por eso mismo me sacaron del único colegio al que fui.

Regresando al punto. Por azares del destino, mi madre se convirtió en vampiro justo después de tenerme. Mi padre me mordió en mi cumpleaños número dieciocho para completar mi transformación y me convertí en un vampiro completo de pies a cabeza, con detalles raros acerca de eso, debido a la manera en que nací y siendo el único en mi clase. Por ejemplo: mis padres pueden estar en el sol siendo muy débiles, pero cuando yo me convertí en vampiro el sol me quemó, así que no puedo estar en el sol. Ellos pueden aparecer en fotos de la actualidad -aunque les desagrade-, sin embargo, no es mi caso, puedo llegar a sobrevivir con comida humana cuando ellos no pueden. Ambos son pálidos como cualquier vampiro, a excepción mía, al parecer el color de mi piel no cambió con la transformación, así como algunas habilidades se quedaron o nunca llegaron; otro ejemplo, nunca adquirí la habilidad de aparecerme en cualquier lugar y cuando quisiera, como mis padres, pero nadie sabe por qué. Nunca hemos sabido las razones de mis rarezas.

Al principio, la idea de ser vampiro, no me entusiasmó, pero al primer roce de sangre por mis labios supe que esta era mi razón de ser, debía ser así. Desde entonces busco cualquier oportunidad para beber sangre directo de la vena, prefiero escuchar los gritos o gemidos de las personas cuando mueren mientras bebo su sangre que beber sólo de una bolsa o comer cosas humanas sin diversión alguna, que es justo lo que hacen mis padres.

Resoplo y salgo del baño con la luna llena en su máximo esplendor. Voy abajo y encuentro a mis padres, dándole vueltas a la sala de estar, enojados. Los ojos verdes de mi padre -llamado en su tiempo: Vlad Tepes, pero se cambió el nombre oficialmente a Alexander Grayson-, se tornan sombríos, un verde oscuro y turbulento. Su cabello negro está alborotado, supongo que por estarse pasando las manos por el cabello muchas veces, como suelo hacer yo cuando algo me frustra o me enoja.

Se lame los labios y sin querer llega a su bigote bien afeitado.

Mi madre, en cambio -llamada Mina Grayson una vez casada-, es de ojos azules excepto cuando se enoja pues se le ven tan sombríos que son casi negros, tiene su cabello chino alborotado recogido en una cola de caballo -primera vez que no se queja de su cabello o de su maquillaje-.

Me acerco a ellos presintiendo lo que va a pasar a continuación, pero lo bueno de esto, es el entretenimiento, así que preparo mentalmente para los gritos y uno que otro golpe.

—Hijo, toma asiento— dice mi padre tratando de controlar su enojo sin éxito.

—¿Qué pasa? — contesto con naturalidad sin sentarme.

Barely Human ✔️✔️ [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora