Capítulo 34

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||Viernes 6 de noviembre||

Levanto la barra frente a mí desde la parte superior de mi pecho haciendo unas cuantas repeticiones extra; el amanecer ya ha empezado con un color rosa pálido y azul. Me he pasado los últimos dos días pensando y tratando de tomar una decisión con respecto a ellas, sin dar con algo en concreto. Tengo la suerte de que Ebba me ha pedido mantener el secreto otro día y Katy faltó a la escuela debido a que tuvo que ir al doctor para un par de exámenes médicos. Maldigo entre dientes terminando la última repetición y levantándome para tomar la toalla que dejé en uno de los asientos cerca de la puerta, la desdoblo, comenzando a secarme el sudor de la frente; ya después subiré a mi habitación a bañarme e iré a la escuela. Creo que por ahora deberé de actuar como si nada hubiera pasado con Katy, al menos hasta que haya tomado una decisión, y eso, si es que hoy va a la escuela.

Me quedo mirando a un punto fijo en la puerta, como si ésta pudiera darme una respuesta. Reacciono cuando un rayo de sol se cuela por ésta y me incinera parte de la cara por una fracción de segundo antes de que me retire a la sombra. Lo había olvidado, me quité el anillo antes de comenzar a hacer ejercicio. Saco el collar del bolsillo izquierdo de mi pantalón y me lo pongo; a veces alterno entre el anillo y el collar. Dejo la toalla colgando sobre uno de mis hombros y salgo del cuarto de gimnasio, camino por el pasillo hasta las escaleras para ir a mi habitación. Incluso desde aquí abajo puedo escuchar los ronquidos de Scott, ese sujeto ronca como si un león rugiera.

Subo por las escaleras a un paso lento y pesado, realmente no puedo quitarme a las dos de la cabeza.

Jake...—.

Escucho un susurro por detrás de mí. Luego un hámago de caricia en mi mentón y con eso, sé que es mi madre. Cierro los ojos un momento, tratando de enviar toda mi capacidad de sentir a ese lugar en donde sus dedos se posan.

Ya sabes la respuesta— la escucho murmurar.

La sensación se va, abro los ojos y... sigo solo. Suspiro con nostalgia, sigo el pasillo hasta mi habitación, yendo directamente al baño. Ni siquiera me molesto en cerrar ninguna puerta para cuando comienzo a desnudarme, paso de largo la regadera, creo que me vendría mejor un baño en la tina. Abro la llave y espero a que se caliente.

Entro. El agua caliente sí me ayuda a despejar mi mente por unos cuantos segundos, me sumerjo del todo, haciendo que el agua se salga de los bordes y caiga al piso. Si ambas asisten a la escuela el día de hoy, va ser un largo y pesado último día, pero mamá tiene razón. En mi interior ya sé la respuesta, el punto ahora es encararla.


La película de El Padrino va terminando cinco minutos antes de que llegue la hora de irme a la escuela mientras yo termino de vestirme -decidí encender el televisor y me encontré la película ya empezada-. Apago el televisor, tomo mi chaqueta, revoloteo hasta la cocina para ver si puedo comer algo aparte de tomar una bolsa de sangre; el efecto de la verbena ya se desvaneció del todo y ya he podido volver a tomar una bolsa de sangre a ciertas horas el día, sin excesos. Tomo un plato hondo y me sirvo un poco de cereal, también bebo la bolsa de sangre que he sacado del compartimento escondido de la cocina.

Por cierto, debo entregar el último cheque a la dulce señora Jenkings para pagar la escuela.

Me termino la sangre rápidamente y tiro la bolsa vacía en la basura antes de comenzar con el cereal, comiendo lo más rápido que puedo para no salir tarde y atrasarme. Sólo espero que nada salga mal hoy.

Barely Human ✔️✔️ [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora