Capítulo 24

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Decidido, este va a ser mi desayuno favorito de ahora en adelante. Kathleen cocina como una diosa. Nunca había comido algo tan delicioso como esto, a excepción de sus palomitas raras; saben tan bien. Después del primer bocado no puedo parar así que devoro el plato como si mi vida dependiera de ello. Ella come más despacio a mi lado, con una sonrisa triunfal al verme disfrutar tanto su comida.

—Esto es tan placentero. Cocinas como una diosa— balbuceo con la boca llena.

—Me alegra que te guste— comenta para beber un sorbo de jugo.

Me levanto. Voy al fregadero y lavo mi plato mientras ella termina de comer. Honestamente, me gustaría estar presente cada vez que cocine para poder probar nuevos platillos.

«Imbécil, no va a ser tu novia».

Ah, mierda. Hasta ahora vengo a recordar lo que vine a hacer realmente. Ironías de la vida: vine a renunciar a ella y casi termino dentro de ella. Qué sutileza.

Dejo mi plato a un lado del fregadero mientras sigo perdiéndome en el discurso que le voy a dar para que me perdone por tener que hacerla esperar para poder estar juntos, aunque sé que ella no se siente de la misma manera que yo justo ahora. Yo acabo de aceptar que, en efecto, estoy enamorado de ella, sin embargo, ella acaba de terminar una relación, y apenas comienza a corresponder físicamente a mí. No quiero presionarla.

—Jake ¿Estás bien? — su suave voz me saca de las tormentas en mi mente, haciéndome volverme hacia ella.

—Sí, pero...— debo decírselo ahora, si no podría terminar como hace rato —...vine aquí porque debemos hablar de algo... algo serio—suelto con la mirada fija en su rostro.

Su expresión cambia. Su sonrisa y sus ojos brillantes desaparecen como polvo en el viento mientras una mirada de preocupación asciende en sus ojos. Se remueve en el asiento antes de levantarse para llegar a mí. Me toma del antebrazo y me conduce de vuelta a su habitación. Carajo. Esto será más difícil de lo que pensé.

Veo su cama, y nos recuerdo hace un par de minutos justo aquí, juntos, su piel y sus besos. No quiero despedirme de eso completamente y para siempre. Sólo tengo que hablar con ella ¿no? Y ella lo entenderá.

Suspiro. Rodeo su cama para mirar su balcón. Me siento en el borde de la cama mirando hacia allí mientras ella me sigue y se sienta a mi lado.

—¿De qué querías hablar? — pregunta con precaución mientras toma mi mano.

Carajo. Carajo. ¡Carajo! Sé que debo hacer esto, sin embargo, eso no le quita lo difícil. Además, tengo otro motivo para decírselo: si me alejo de ella, y sucede lo peor -que me descubran-, no podrán utilizarla a ella para llegar a mí. Ella estaría protegida.

—Esto no es bueno. Si no, no sería tan difícil de decir— murmura.

«Oh, no sabes cuán difícil es para mí el decirte que no podemos estar juntos».

Me susurra mi subconsciente como si él pudiera contestarle. Qué gran idiota. Tomo una gran bocanada de aire. Allá voy.

—Sí— hago una pausa mientras encuentro mi voz. —Quería decirte que..., por ahora, no podemos ser algo más que amigos. Me refiero a salir como el día de ayer o concluir lo que comenzamos hace rato justo aquí— la miro con tristeza mientras tomo su mano entre las mías y las acaricio con cariño.

—¿De qué...? — trata de decir, pero se calla. Va a dejarme hablar para opinar algo después.

—Tengo algunos contratiempos en mi vida que necesito resolver. No te quiero involucrar y mucho menos descuidarte— me vuelvo lo más que puedo hacia ella. —Deseo estar contigo, en serio, tanto cómo mis sentimientos me lo permiten. Quiero besarte, salir a donde nos lleve el viento para descubrir qué es esto entre nosotros, intentar hacerte feliz, sin embargo, por ahora, no podrá ser. Al menos hasta que resuelva la mierda de mi vida. Es por eso que tengo que pedirte algo que no merezco: quiero que aguardes por mí un tiempo, seguir siendo amigos hasta entonces— digo sin aliento. —Sé que esto es una bufonada, y tienes todo el derecho de negarte, es solo que...—.

Barely Human ✔️✔️ [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora