Capítulo 2

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Me quedo en mi espacio, escuchando la melodiosa voz de Sam Smith, hasta que comienzo a avistar la ciudad de Los Ángeles.

Durante el vuelo, hipnoticé a un sujeto para que me dejara usar su laptop y buscar la dirección que venía en el sobre junto con las tarjetas. Ubiqué la dirección en google maps sin problema y busqué un lugar para comprar comida cerca de ahí; está a treinta minutos del aeropuerto, un poco cerca del centro de la ciudad. La casa no está a su nombre, está al de Jake Steele; al parecer ese va a ser mi nuevo apellido en vez de Grayson.

Una vez que le devuelvo su laptop al sujeto, las azafatas se van a sus posiciones y nos piden a todos abrocharnos los cinturones.

Aterrizamos.

Desciendo del avión tranquilamente y con pesadumbre, pero sin poder evadir la presión en el pecho que sigo sintiendo por la muerte de mis padres, mi mente no puede pensar en otra cosa. Sólo puedo ver sus cuerpos sin vida antes de prender fuego a la casa.

Puedo admirar la ciudad de Los Ángeles llena de luces al salir del avión y el clima algo cálido. Llego a la salida de la zona de aterrizaje y me acerco a las bandas donde entregan las maletas para tomar las mías.

En cuanto tomo mis maletas me acerco a un cajero automático con una de las tarjetas nuevas, tengo que sacar un poco de dinero para poder pagar el taxi y algo más que se ofrezca. Una vez con el dinero, me acerco a la zona de taxis y le digo la dirección de mi nueva casa al taxista, comenzando a avanzar hacia las luces de la ciudad.


Unas cuadras antes de llegar a mi nueva casa, le pido al taxista que me deje bajar para comprar algo de comer en un Mini Súper que se encuentra por ahí; a pesar de poder sobrevivir con comida humana, después de cierto tiempo, mi cuerpo solicita sangre.

Entro a comprar algunas cosas para hacer de comer, y por cocinar me refiero a cereal, leche y un paquete con sándwiches ya hechos junto con un poco de agua, solo lo necesario hasta encontrar una fuente de sangre y organizar la casa.

Para cuando salgo de ahí el cielo tiene un par de nubes, parece que comenzará a llover. Podría evitarlo, pero no apetezco ser un dolor en el trasero para una sequía de la que no sepa, así que comienzo a caminar, pasando por un callejón para cortar camino. Mañana tendré que comprar un celular. Oh, es cierto, jamás he tenido un celular, así que ni tengo ni idea de cómo comprar uno que sea bueno.

Voy avanzando por el callejón solitario con la cabeza baja y la mirada fija en mis converse chocando contra el suelo hasta que el sonido de unos quejidos de dolor me llama la atención y me detengo en seco a alzar la vista. Frente a mí, dos sujetos están a punto de matar a un chico en el suelo, lo patean y lo golpean.

Mi madre ayudaría de estar viva, amaba a los humanos y era una buena persona, considerando su naturaleza. ¿Por qué era así? No tengo ni puta idea, estaba loca, creo.

Vuelvo a la realidad con el sonido hueco de la cabeza del chico contra el pavimento. Supongo que debo hacer algo por él antes de que lo golpeen más y lleguen a matarlo, está casi inconsciente y se desangra. La sangre llega a mis fosas nasales junto con un hormigueo en mi garganta. Tengo hambre.

Dejo las bolsas a un lado, hago los hombros hacia atrás y me sorprende que los sujetos no se han percatado de mi presencia. Revoloteo hacia ellos. Los tomo a ambos del cuello de la camisa estrellándolos contra la pared detrás de mí y caen al suelo estrepitosamente, tal vez le haya roto algo a alguno de ellos. Sería delicioso escuchar el crujir de los huesos...

Barely Human ✔️✔️ [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora