Capítulo 26

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||Lunes 4:56 p.m.||

Me acerco trotando a las bancas a un lado del campo mientras me quito el casco de a cabeza, necesito tomar agua. El entrenamiento estuvo pesado, esta vez transpiré poco más que lo común y los demás ya se están muriendo, por suerte nadie se erró en ningún momento y nos ahorramos los arrancones. Bebo unos tragos de agua de un vaso desechable al igual que algunos de mis compañeros; el entrenador pita dos veces, dando el aviso de que podemos irnos.

Todos salimos del campo en dirección a los vestidores, varios andan como muertos, sin embargo, yo todavía puedo moverme y lo agradezco, así tendré fuerza para estar con Ebba. Para cuando llego a mi casillero, he logrado retirarme el equipo del cuerpo, la playera de deporte está completamente mojada por el sudor y debo admitir que hace mucho que no sudaba así con un ejercicio cualquiera. Garrett está igual que yo mientras se arrastra con pesadez al casillero frente a mí y mueve el hombro derecho en círculos; lo obligaron a lanzar pases sin parar, es lógico que esté adolorido.

Saco mi celular del casillero y reviso la hora. Mierda. Nos quedamos un par de minutos extra, si no salgo ahora, Ebba se irá, y no me puedo arriesgar a cagar las cosas con ella, necesito mantenerla vigilada para tratar de averiguar si sabe de mi naturaleza o si tiene alguna estrategia para atacarme. Ya me bañaré llegando a casa; sólo espero no tener un hedor asqueroso, así que me cambio lo más rápido que puedo y tomo mis cosas antes de salir trotando por los pasillos de los vestuarios en dirección a los baños.

Abro la puerta de los baños justo cuando Ebba se encuentra frente a ella, supongo que me aventajé a abrirla. Su expresión, antes indiferente, se torna divertida.

—Ya me iba— habla con un falso puchero y cruza los brazos.

—Haré que no te arrepientas por esperarme unos minutos más— coqueteo con la voz ronca.

Estampo mis labios contra los suyos con ímpetu mientras nos empujo a ambos dentro de los baños, ella coloca sus manos en mi nuca mientras las mías viajan a sus caderas. Hago que camine de espaldas hasta los lavabos, en el trayecto, ella me ayuda a deshacerme de mi chamarra y lanzo mi maleta lejos para poder maniobrar con libertad. No pasa mucho tiempo para que mi entrepierna comience a endurecerse bajo mis shorts de entrenamiento. Su espalda pega con el mármol, le tomo de la parte trasera de sus muslos y la subo a el frío mármol de los lavabos, abro sus piernas con las manos y me coloco entre ellas. No dejo de besarla en ningún momento, ni siquiera cuando quiero bajar sus bragas y éstas no están ahí, se las ha quitado como hace rato. No puedo evitar sonreír ante su acción.

—Ya te ibas ¿huh? — jadeo con diversión y coquetería.

—Iba a ir por ti— ronronea contra mis labios.

Sus caderas se mueven contra mí pidiendo por que la tome de una vez cuando atrapo su labio superior entre mis dientes. Voy a complacerla. Bajo mis shorts de entrenamiento hasta por debajo de mis nalgas y dejo mi erección al aire, ella rompe el beso para bajar la vista a mi entrepierna y morderse el labio cuando me pone una mano encima, comenzando a bombear de arriba abajo para sacarme un gruñido en respuesta.

Antes de que esto continúe, no voy a cometer el mismo error dos veces, ya pasé por un susto de que ella estuviera embarazada. Me despego para ir por mi chamarra y atrancar la puerta que, no sé por qué, no hemos hecho desde un inicio; pongo el bote de basura y mi equipo frente a la puerta, luego voy por mi chamarra y saco el paquetito plateado.

Barely Human ✔️✔️ [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora