Tropiezo Con El Amor[#1 Coincidencias Del Amor] Completa ✅

Capitulo 27 Una nueva meta.

Capitulo 27.

Mi nueva meta es tener mi propio dinero, no voy a depender de Sebastián toda la vida y mis ahorros se agotan.

Digamos que las compras en Roma no me dejaron bien económicamente.

Ya me voy a graduar, no digo que con un título todo sea fácil , pero al menos tendré la oportunidad.

Ya la próxima semana en mi graduación.

Después de ver películas hasta tarde y llorar juntas, me desperté tarde, la loca se había ido, ahora yo voy a buscar manera de ver que hago, mis cosas no están aquí y si aquel no se digna a aparecer así mismo tenga que saltar por la ventana me iré, me quiero cambiar.

No lo niego dormí genial aquí, pero igual necesito mi ropa y demás. Fue una maldad precalculada.

Bajo a la cocina, voy a llamar a los guardaespaldas, necesito saber si me van a dejar ir, nada hago llamando un taxi si no me dejan salir.

—Buenos días señora Hamilton—me saludó a través del teléfono.

—Buenos días, ¿me puedo ir?—pregunte, esto es tan tonto.

—Lo siento señora, el señor nos dijo que vendría por usted y que no la dejáramos irse—me informa, tiene que estar jugando.

—Y... ¿a que hora viene el señor?—pregunte ya con fastidio.

—Viene llegando—me informó y colgué.

Si viene de malas va a ser peor. Roguemos mantener la paz mientras se pueda.

Abrió la puerta.

Lo escuche desde la sala, dónde estaba el teléfono de dónde llame.

—No podemos seguir con este juego de que un día estamos bien y al otro mal—dije a penas puso un pie en la sala

Sé veía lindo, de camisa blanca y traje azul a la medida.

—Hola, buenos días, ¿cómo amaneces?—respondió sarcástico.

—Muy simpático, ¿tú que crees?—alce una ceja.

—Traje esto, te espero aquí—me tendió un bolso y se sentó en el mueble frente a mi.

Lo tomé, es un bolso con mi ropa, un vestido verde limón con estampado negros, tacones negros, incluyó algo de mi maquillaje y accesorios.

—Beatriz me ayudó a elegir, necesito que me acompañes a un lugar—me informó con la mirada en su celular.

—¿No escuchaste nada de lo que dije cuándo llegaste, cierto?—pregunte, está ignorándome.

—Si, pero no quiero hablar del tema, escuché suficiente anoche—levantó la vista de su celular para ver mi reacción.

—Al grano, seamos claros, ¿me espiaste?—lo encare empezándome a enojar.

—Directamente no, mira arriba, amor—me señaló detrás de mi. Cámaras de seguridad.

¿En serio?

Me quiere controlar.

—No tengo nada de culpa en esto, ¿también revisaste de casualidad lo que dijiste tú?

—Si, supongo que fue un error, hable demás.

—No, no lo fue, lo dijiste independiente totalmente de tu familia, tú punto de vista, no el lavado de cerebro que quieres qué comparta contigo—lo acuse.

—Adriana ya, si quieres seguir con el tema perfecto, pero luego, nos tenemos que ir.

Agarre el bolso de mala gana, subí las escaleras. Me metí al cuarto principal, deje el bolso arriba de la cama y me fui al baño. Regule el calentador y me empecé a bañar rápido.