Capítulo 47.Mi corazón siempre ha estado contigo.

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Capitulo 47.

—Llegó otro—avisa Beatriz sonriendo.

Con eso se refiere a otro ramo de flores, hace una semana manda todos los días a la misma hora uno diferente.

—¿No se cansa?—pregunté recostado mi cabeza del espaldar de la silla.

—¿Hasta cuándo lo vas tener así?—preguntó poniendo sus manos en su cintura.

—No estoy segura de nada, estuve pensando en devolverle el anillo—le informé.

Abrí la caja dónde lo tenia guardado, el del diamante rosa, antes no lo hice, me aferre a el, si lo dejo ir tal vez pueda continuar.

—Si lo haces le estarías devolviendo la promesa de amor que tenia contigo—me dejó una jarra de jugo en la mesa.

—Esa acabó hace mucho—mencioné.

—Tienes miedo, estás inventando excusas y lo vas a perder.

—Te puedes arrepentir hija, piénsalo—finalizó.

Se fue.

Estoy en el jardín. Sergio está con Alisa adentro.

Detallé el ramo de está vez, oh no, no lo hiciste, tiene rosas rojas y girasoles, es igual al que me dio cuando me hizo la propuesta de ser novios, ay te sabes mi punto débil.

—Te gustó mi sorpresa—habla a mis espaldas.

Me sobresalte.

—Lamento asustarte—susurró en mi oído.

—¿Asustada? ¿yo?, no para nada—negué rápido.

—¿Paro o ya tomaste una decisión?—acercó su boca a mi oído, se refiere a las flores.

—Sin presiones—dije y me levante.

—Por ahora tengo algo que darte—le mostré la caja con el anillo

—Ese anillo es tuyo.

—No quiero darte ilusiones si no estoy segura, conservarlo al menos por ahora no es lo mejor.

—Te daré el tiempo que necesites, hay algo dentro de ese ramo—lo señaló.

Volteé hacia dónde estaba.

El aprovecho para besarme.

—Tú..., no hagas eso—lo apunté

—Me voy—me besó la mejilla dejándome boquiabierta.

—¿Y Adriana?—me volví hacia él.

—No me rendiré tan fácil—me guiñó un ojo.

Eso no me lo esperaba. Si pudiera tener una señal de que esto es lo correcto.

Narra Sebastián.

La tengo casi convencida, lo sé, la conozco demasiado, si no le gustará ya me hubiera echado a patadas hace rato. Vuelvo a la empresa, salí un rato para verla pero aún me quedan compromisos aquí.

Cuándo paso por el puesto dónde debería estar mi secretaria no me sorprendo al notarlo vacío, ya que ella misma decidió renunciar.

Entro a mi oficina. Cómo de costumbre no hay nadie en el piso, se supone que al ser él presidente solo mi secretaria y yo debemos estar.

Estoy por cerrar la puerta cuando unos brazos me abrazan por detrás.

—Tardaste mucho—me abraza Ángela.

Se está pasando, tendré que llamar a los guardaespaldas si sigue así.

—Aléjate—me separé.

Me vio al borde de llorar.

Tropiezo Con El Amor[#1 Coincidencias Del Amor] Completa ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora