Your Eyes Tell | TK 承

⇝ XXXIX

—Jungkook, cariño, espero que te guste la crema de tomate como entrada, no me gustaría que esperaras hasta que esté listo el guiso para comer —la madre de Tae habla apenas ve a ambos chicos llegar a la cocina mientras lava algunos utensilios y el señor Kim prepara la mesa para la cena.

—Sí, me gusta, muchas gracias —Jungkook formula una pequeña reverencia en señal de agradecimiento.

—¿Y mi hijo? —habla el dueño de casa, tomando asiento en su respectivo lugar luego de asegurarse que no faltara nada en la mesa.

—¿Taehyung? —pregunta confundido—. Fue al baño. ¿Qué sucede con él?

—¿También te gusta? —Jungkook abre sus ojos como platos y sus mejillas rápidamente adoptan un color carmín para nada desapercibido.

—Yah, Taeyang. Avergüenzas al muchacho —ríe la única mujer del lugar—. Debes dejar de espantar las visitas, Hyungsik ya ni quiere volver a esta casa por tus preguntas sin sentido... —sirve el primer plato.

—Sólo fue una pregunta, mujer —ríe.

Jungkook ríe incómodo mientras se adentra a la cocina. Duda en si sentarse o no pero la señora Kim ya tenía la mayoría de platos servidos, y sería de mala educación dejar que la comida se enfriara.

—Volví, ¿de qué hablaban? —Taehyung sin notarlo se sienta lentamente al lado izquierdo de Jungkook. Este se estremece.

—Tu padre y sus preguntas raras —ríe—. Bien, Taemin salió con unos amigos y Eonjin está durmiendo, seremos nosotros cuatro en esta cena.

—Sí, yo quiero agradecer... —Taeyang alza su copa con vino— A Jungkook, por ser un buen amigo que cuida a mi pequeño Taehyung.

—Papá, no soy pequeño —frunce el ceño pero de igual manera suelta unas carcajadas.

—Como sea, Jungkook me cae bien, voy a brindar por él.

—Yo también —habla la señora—. Desde que Jungkook nos acompaña a nosotros como familia, pero más a mi hijo —su vista viaja hasta el nombrado—, Taehyung ha progresado mucho personalmente, ahora lo siento mucho más alegre y con ganas de disfrutar la vida. No sé si sea muy osado de mi parte decir esto, pero Taehyung ha sabido salir de su propia cueva gracias a aquel nuevo amigo que ha sido parte fundamental de su vida estos últimos meses —mira a Jungkook—. También estoy muy agradecida, cariño, porque has sabido querer a mi hijo como se lo merece, le has tendido una mano sin esperar nada a cambio. Estoy segura de que Taehyung lo agradece igual —le dedica una sonrisa—. También brindo por Jungkook.

—Señora... —habla el menor, pero es interrumpido.

—Yo también... —Taehyung toma la palabra—. Yo también brindaré por Jeon —se pone de pie, sus ojos clavados en algún punto a su frente mientras su mano derecha sostiene su vaso con jugo de manzana—. Por ser tan, tan, pero tan idiota, que puede entenderme perfectamente —todos en la mesa ríen—. Estoy muy agradecido por todo lo que me das. Siento que no te estoy devolviendo en ningún sentido todo lo que haces por mí, pero me gustaría que sepas que te debo la vida entera, porque te quiero, y siento que siempre te querré. Eres especial, Jungkook, y aunque no pueda ver tu fea cara —vuelven a reír. Taehyung suspira—. Sé que eres feliz gracias a mí, y eso... eso es reconfortante. Por primera vez siento que estoy aportando algo a la vida de alguien, y no sabes lo feliz que me hace saber que esa persona eres tú —agacha la cabeza—, te quiero, Jeon Jungkook, necesito que lo recuerdes —seca una rebelde lágrima que corre por su mejilla izquierda—. Y por eso, brindo por ti.

—¡Salud~! —exclama la familia al unísono.

—Woah, gracias, yo... —torpemente se pone de pie— no sé qué decir, en serio para mí ustedes ya son mi familia. Me acogieron aún después de haber hecho llorar a Taehyung —el nombrado toma asiento y sonríe—, después de saber que vivo solo, que no soy... completamente sano... Ustedes me han hecho sentir querido, con cada palabra que me dedican cada vez que vengo a su casa, cada vez que demuestran preocupación por mí, yo lo agradezco mucho —su voz tiembla. Hace lo posible por no dejar caer sus lágrimas, pero el intento es en vano—. Ustedes... saben que yo no tuve todo esto en mi propia familia, estoy solo desde pequeño, y-yo... gracias. Me mantienen de pie indirectamente, Taehyung también ha sido una gran ayuda en mi vida. He vuelto a comer, dormir y sentir gracias a su hijo. Sin él, yo... probablemente seguiría partiéndome el rostro en el ring —todos ríen—. Gracias, señores Kim —voltea hacia la persona a su lado—. Gracias Taehyung —con su mano izquierda acaricia delicadamente la cabellera cercana y su rostro desciende hasta depositar un suave beso en la cabeza del mayor. Todos sonríen por el acto y Jungkook toma asiento.

—Te queremos, Jungkook —el señor Kim sonríe amistosamente.

—Sí, hijo, sabes que siempre eres bienvenido aquí —el tono de voz de ambos padres es el más cariñoso que Jungkook haya escuchado jamás.

—Bueno, vamos a comer, esto se ve delicioso —nombra el caballero y todos agradecen por la comida y toman los utensilios.

Jungkook estaba saboreando aquella nombrada crema de tomate cuando Taehyung se acerca sigilosamente a su oído.

—Ya sabes... —se tensa por la cercanía entre el aliento del contrario y su propia piel— Eres bienvenido de todas formas, hasta como mi novio —susurra de tal forma que sólo Jungkook pueda escucharlo.

Todos voltean a ver al menor de los presentes cuando un ataque de tos lo invade, llamando la atención de los mayores.

—¿Estás bien, Jungkook? ¿Sucedió algo? —Habla preocupada aquella señora.

—Es tarado y no sabe disimular cuando algo le gusta mucho, mamá, tranquila —ríe Taehyung a la par que alza los hombros, como si él no supiera nada.

—S-sí... —bebe un poco de su jugo, ya un poco más calmado— esto está muy rico, señora...

—Está bien. Guarden estómago porque ya sale el guiso.

Todos continúan comiendo y charlando de cosas triviales. Jungkook de vez en cuando miraba a Taehyung comer, beber o simplemente hablar. Se sentía lleno de emociones y sentimientos.

Eso le recuerda... Taehyung nunca le explicó lo que tanto pedía. Ese niño... ya se lo cobraría, ahora sólo hay que disfrutar el momento en familia.