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TH POV-

Hacer lo que nos gusta debería ser mejor valorado. No por no tener un brazo vas a dejar de bailar, no por carecer de cabello te van a dejar de gustar los peinados, no por no tener los colores suficientes dejarás de ser pintor.

Mi caso, amo la fotografía, siento que es de las mejores maneras de expresar gustos, disgustos, lo que nos encanta y lo que no. Las imágenes son mis poemas favoritos, o bueno, por lo que pude llegar a saber.

Por esta razón no dudé ni un segundo en ofrecerme como acompañante ante mi amigo, Hyungsik. Me comentó que se inscribió en un taller de fotografía, no supe muchos detalles, sin querer (supuestamente) lo interrumpí saltando de emoción y con muchas ganas de asistir junto a él. Fue difícil que aceptara, no quería llevarme. Pensaba que me pondría triste por no ver las diversas fotografías que él o sus compañeros tomaban. Pasé de ello, como con todo. Yo quería ir a ese taller y nadie podría haberme quitado la idea.

Gracias a eso, Hyungsik pasó por mi casa para ir juntos al taller. En este momento caminamos por las calles de Jeonju, yo oliendo las diversas esencias que desprendían las cafeterías o las reposterías, mientras que Hyungsik sólo... no sé qué hace, su agarre en mi mano es notoriamente fuerte. Siempre ha sido así de sobre protector.

   Sin querer mi estómago ruge en un tono no moderado, siento mi rostro enrojecer así que bajo la cabeza con la idea de que mi amigo no me vea... muy tarde.

—Otra vez no desayunaste, ¿verdad?

Mis mejillas se tornaron de un carmesí suave, siempre que alguna salida me emocionaba me saltaba el desayuno, y mi mejor amigo lo sabía. Asentí sin saber qué decir, otra vez Hyungsik me compraría una comida y yo siento que es aprovecharme de él. Le he dicho que deje de hacerlo, pero hace caso omiso.

Levanto mi rostro y poso mi escasa vista en lo que creo, es su cabeza. La mueve buscando algo, quizás un carrito en donde vendan... ¿desayuno? ¿Algo para comer? Con un helado de agua me conformo, pero con Hyungsik lo más probable es que me lleve a un costoso restaurante con tal de alimentarme bien.

—Mira, es tu cafetería favorita.

Frunzo el ceño. ¿Es en serio?

—Lo siento... solo... aguarda aquí...

Siento su agarre en mi mano intensificarse, arrastrándome hasta lo que creí era el local.

—La fila está muy larga... ven, aquí hay asientos.

Me arrastra hasta una elegante silla. Me doy cuenta de ello acariciando el respaldo de esta, según recuerdo son las mesas exteriores de la cafetería. Antes de poder articular un "gracias", Hyungsik ya se había marchado.

Your Eyes Tell | TK 承Donde viven las historias. Descúbrelo ahora